En Túnez, la presión popular logró tirar del poder a Ben Alí, sin más violencia que la represión "normal" en estos casos.
En Egipto, Mubarak se resistió un poco más, intentó negociar incluso con la Oposición, pero la presión le obligó a marcharse.
Ahora, en Libia, Gadafi da un paso más ante las revueltas en su país y bombardea con la aviación a los manifestantes.
A medida que más países se unen a las revoluciones, mas violentos (por pura desesperación) se están volviendo sus dictadores. Y esto sólo propiciará sus caídas. Gadafi va a caer (ministros, diplomáticos y militares ya se han marchado). Ya sólo falta ver qué país será el próximo en dar el siguiente paso en la escala de la represión asesina.
martes, 22 de febrero de 2011
La escala de la represión
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