Recientemente, Ricky Gervais (The office, Extras...) recibió numerosas críticas por sus burlas hacia Hollywood durante la presentación de los Globos de Oro. Sus chistes a costa de fiascos como The tourist y sus dos estrellas (Johnny Deep y Angelina Jolie), de otras estrellas como Bruce Willis o los actores que pertenecen a la secta de la Cienciología, o las insinuaciones de sobornos a los responsables de los premios no cuajaron entre el público asistente (y no es la primera vez que pasa; si no, ahí está Chris Rock y su presentación de los Oscar en 2005).
En España, hace pocos días, el director de cine Nacho Vigalondo, era duramente criticado por un comentarios insertado en su Twitter: "El Holocausto fue un montaje". Según él, era un comentario en plan irónico y que pretendía parodiar a los negacionistas (es lo que tiene Internet, que no se puede saber cuál es la intención real de quien escribe algo, pues no puedes ver su cara). Dejaré que sea el propio Vigalondo quien dé su propia versión.
¿Tiene límite el humor? Algunos dirán que con algunas cosas no se juega. Y estoy de acuerdo. Pero después aparece el humor negro y rompe el esquema. Porque si al humor negro le pones un límite, deja de ser humor negro.
En Estados Unidos, las series de animación para adultos ya parodian hasta el 11 de septiembre o hacen chistes a costa de personajes famosos, fallecidos o no. Incluso también sobre el Holocausto. En España, la monarquía ha dejado de ser tabú en el material humorístico (aunque a veces se secuestren revistas), igual que ETA, el franquismo y la guerra civil, la Iglesia o la propia democracia.
Sin duda, habrá gente que se sienta ofendida (tampoco voy a poner en el mismo lugar a las víctimas de criminales y al los millonarios de Hollywood). Por lo que la gracia estaría en saber hacer chistes de algo sin ofender (cosa prácticamente imposible). En el Reino Unido, un humorista fue ampliamente criticado por hacer chistes a costa de un ciudadano inglés secuestrado por terroristas islamistas que amenazaban con decapitarlo (como así sucedió). Sin embargo, nadie le censuró ni le prohibió volver a hacer los chistes o similares. Primaba la libertad del espectador.
Claro que debe existir un límite. El que ponga el propio humorista. Después, él se hará responsable de lo que dice frente al público.
Y ya para terminar, una prueba de adivinación: Voy a describir tres sketches sobre Israel. La prueba es adivinar en qué país se emitieron. En el primer sketch se ve a dos atletas israelíes que van a participar en una carrera en Alemania. Ambos atletas exigen iniciar la carrera con ventaja, a lo que el árbitro se niega. Es entonces cuando ambos atletas empiezan a hablar del Holocausto, dela película La lista de Schindler y acusan a la organización de antisemita. Al final, los atletas consiguen iniciar la carrera con ventaja. En el segundo sketch, un grupo de judíos de Varsovia organiza una fiesta que acaba en las cámara de gas de Dachau, con la muerte de todos ellos. En el tercer sketch, se ve el bombardeo de Gaza como si fuera una retransmisión deportiva, con los israelíes celebrando cada muerte palestina como si fuera un gol. Después se ve a los representantes europeos votando el número de palestinos muertos que le parecía admisible, al más puro estilo Eurovisión. Italia autorizaba hasta 800 muertos. Luego votaba Alemania, que subía hasta 6.000 muertos, con un gran estallido de júbilo del público israelí. Entretanto, se intercalaban otras imitaciones: un líder de Hamás mostraba una guardería en la que criaba niños para utilizarlos como escudos humanos, y el ministro de Defensa israelí, Ehud Barak, justificaba el bombardeo de un parvulario palestino por el hecho de que en el tejado no estaba escrito en hebreo que se trataba de una escuela.
Pues bien, aunque alguno esté tentado a decir que estos tres sketches fueron emitidos en la "antisemita" España, lo cierto es que fueron emitidos en Israel. Los dos primeros en el programa El quinteto de cámara y el tercero en Qué país maravilloso (precisamente durante el bombardeo de Gaza por parte de Israel).
domingo, 6 de febrero de 2011
¿Cuál es el límite del humor?
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