martes, 9 de junio de 2009

Gürtel sigue ahí

Aunque no lo parezca por el respaldo recibido en la Comunidad Valenciana (aunque recordemos que el candidato era Mayor Oreja y no Francisco Camps) el caso Gürtel aún sigue ahí, dando coletazos.
Por ejemplo, el grupo Begar, dirigido por Ulibarri (el otro gran implicado en la trama y favorecido por la Generalitat), ha tenido que paralizar varias obras tanto en Valencia como en otras localidades valencianas. El grupo ha tenido que abandonar obras que le habían sido adjudicadas en Albaida (72 viviendas de protección oficial del IVSSA) y en Tavernes de la Valldigna (un instituto), mientras que el ayuntamiento de Valencia da por hecho que no va a continuar en el aparcamiento del Cabanyal. Begar tenía adjudicados proyectos en la Comunidad Valenciana por valor de 70 millones millones de euros. También están construyendo un hospital en Llíria, pero las obras, que debían estar concluidas a finales del pasado año, están muy retrasadas y no se terminarán antes de 2010.
Pero Ulibarri cuenta con otros intereses en la comunidad, como la construcción de un colector en la capital, la Televisión Municipal de Valencia (TMV), varias licencias para televisiones locales de TDT en trece de las catorce demarcaciones en las que está dividida la Comunidad Valenciana con el canal Tele 7 y contratas para limpiar dependencias de la Agencia Valenciana de Turismo.
Durante toda la campaña hemos podido ver el compadreo entre Camps y Rajoy, rayando la homosexualidad no declarada. Recordemos a Rajoy diciéndole a Camps: "Siempre estaré detrás de ti, o delante o al lado, me es igual". Si al final será verdad que los que tanto se meten con los homosexuales es porque en el fondo lo son. Pero claro, Carlos Fabra, el otro rey de las imputaciones en la Comunidad Valenciana, se sentía desplazado y busca hacerse un hueco en el corazón de Rajoy y, a ser posible, organizar un menage a trois. Por eso, después de la declaración anterior de Rajoy, respondió a unos periodistas: "Qué quieren, ¿que Rajoy se me declare y me diga te quiero? ¿No querrán que me acueste con él?"
Y mientras los valencianos y valencianas nos regocijamos en nuestra ceguera, la Justicia parece que intenta hacer su trabajo. Hace unos días, Anticorrupción pidió a Camps los contratos de la Generalitat con Orange Market. ¿Los habrá "perdido" como las facturas de los trajes?
Al mismo tiempo, El Bigotes ha tenido la poca vergüenza de reclamar medio millón de euros por el montaje del pabellón valenciano en Fitur. El contrato inicial era de 915.820 euros y comprendía el diseño, fabricación, montaje y desmontaje de los expositores de cinco ferias: además de Fitur, el certamen internacional de Turismo de la Comunitat Valenciana, la Expovacaciones en Bilbao, el Saló Turístic Internacional de Catalunya y la Intur en Valladolid. No se pudo cumplir el contrato en lo referente a los cuatro últimos eventos por encontrarse ya en marcha el proceso judicial del caso Gürtel.
Con todo, el resultado electoral de las elecciones europeas en Valencia ha sido vergonzoso (aunque repito que eran unas elecciones europeas y no locales). El PP ha aumentado su ventaja (en cada proceso electoral lo hace) y ahora saca más de quince puntos a los socialistas. Un 52,30% de los electores votaron el domingo al PP frente al 37,42%. Lo preocupante es que la participación más alta de España se dio precisamente en la Comunidad Valenciana. Como es lógico, el PP interpreta estos resultados como un aval para Camps. Yo no lo creo así, y no por mis ganas de desalojar del sillón a Camps. Creo que más bien habrá que esperar a cómo se avecinan las próximas elecciones municipales y autonómicas. Y por supuesto, a cómo se va desarrollando el proceso Gürtel. Porque podría darse una sorpresa en cualquier día.

Actualización (1:09): En Catarroja Descoberta se puede consultar esta Gürtelpedia en donde aparecen todas las palabras y nombres relacionadas con el caso Gürtel, por si alguien anda perdido, en todas sus conexiones y ramificaciones por España (Madrid, Comunidad Valenciana, Galicia y Castilla y León).

4 comentarios:

sebastian(elcurrante) dijo...

¡je,je,je!, ¡Qué bueno! pero que conste que lo primero que le salió era que se ponía detrás suyo.
Menudo menage a troi, había que verlos.
Un saludo.

Kurtz dijo...

Buff... Tengo demasiada imaginación. Así que prefiero imginar el menage a trois que verlo.
Un saludo.

bonsai dijo...

Sueños.

Juan José Millás

Yo quiero estar imputado, como Camps, para ser feliz, para reír con la
franqueza con la que ríe él, para divertirme a la entrada y a la salida de
los juzgados, para que la gente me aplauda y me jalee como a un actor de
moda, para que la alcaldesa de Valencia o cualquier otra se muera por
acompañarme, del brazo, a los tribunales de justicia. Tengo derecho a ser
feliz, a que me regalen trajes y entradas para el circo, lo mismo que a mi
señora y a mis hijos. Yo quiero que mis defectos se hagan públicos y que a
la gente le parezcan normales, del mismo modo que parece normal no usar para
nada las tarjetas de crédito.
−Querida, te cojo doce mil euros de la caja de la farmacia, para hacerme
unas chaquetas.
−Vale, corazón, pero no pidas factura, que estoy de papeles hasta el gorro.
Yo quiero que las bolsas de plástico con las que la gente me ve ir y venir
por la calle estén llenas de billetes de 500 euros y no de judías verdes o
lechugas. Yo quiero pagar al contado mis viajes a Sudáfrica (8.000 euros) y
devolver 300.000 en billetes de 50 sin que a nadie le parezca raro. ¿Qué
pasa? ¿Son obligatorias las transferencias? Yo quiero estar a gusto conmigo
mismo, con mi conciencia, como Trillo, que no tiene remordimiento alguno por
lo del Yak 42. Lo malo es que yo no he estado implicado en nada raro, ni en
estafas, ni en muertes, ni en cohechos, ni en maquinaciones para alterar el
valor de las cosas, sólo en pequeñas miserias, en tonterías de andar por
casa, en mezquindades que no llaman la atención de los jueces, que no van a
ningún sitio. Y por eso, sospecho, sufro de tantos problemas de conciencia y
de tantas dificultades para ser feliz. No tengo amiguitos como El Bigotes,
como Correa, no frecuento los bajos fondos. Del trabajo a casa y de casa al
trabajo, perra vida. Por eso Rita Barberá no me llama para acompañarme al
juzgado y echar unas risas por el camino, como los actores cuando atraviesan
la alfombra roja. Yo quiero ser un chorizo, no por los trajes, ni por los
viajes a Sudáfrica ni por los 300.000 euros que me dan un día y devuelvo al
siguiente en bolsas del supermercado, sino para que la gente me quiera.

Kurtz dijo...

Yo quiero ser como Camps, y como Zaplana, y como Fabra, y como...