Francia y España: de vergüenza

Lo que ha pasado con Santos Mirasierra, el hincha francés del Olimpique de Marsella condenado aquí en España por agredir a un policía durante un partido de su equipo contra el Atlético de Madrid es un caso que, particularmente, me produce vergüenza ajena. No por la condena (merecida si ha hecho lo que dicen que ha hecho), sino por la polvareda mediática levantada en ambos países.

-En Francia claman contra la "injusticia" que se ha producido en España contra un compatriota. Ahora van de angelitos. Lo malo es que en toda la Europa que se jacta de civilizada (incluida Francia y España) se vive el fútbol con un gran fanatismo. En todos los países se han producido actos vandálicos en torno a partidos de fútbol y sus radicales. Y en muchas ocasiones, estos fanáticos (que rozan o traspasan la línea de la ideología neonazi) reciben el apoyo de los clubes de fútbol. Los medios de comunicación franceses, como digo, claman contra la "injusticia" e, incluso, han llegado a pedir la intervención de Sarkozy (como ha hecho la versión francesa del diario 20 minutos).

-En España no nos quedamos atrás. No hace falta que nombre clubes que protegen a sus grupos más fanáticos. Actúan con total impunidad. Después lloramos cuando alguien apuñala a otro o un niño muere alcanzado por una bengala. Somos capaces de condenar a un hincha francés (o de cualquier otra nacionalidad) pero no somos capaces de condenar a los ultras españoles. En este sentido, una vez más, los medios de comunicación vuelven a echar leña sobre el fuego. De vergüenza es cómo han tratado el caso en Antena 3 ("Indignado estoy por cómo tratan la noticia en Francia", dijo el presentador de los deportes en la cadena amarilla) y los Manolos de Cuatro.