sábado, 6 de diciembre de 2008

Oh, Jerusalén


A pesar de las críticas que han llovido sobre esta película, he de reconocer que me gustó (me suelen gustar las películas históricas, pero si están bien hechas, evidentemente). Basada en la novela de Dominique Lapierrre y Larry Collins, la película narra el conflicto entre Palestina e Israel desde que el segundo país fuera creado en 1948. Lo hace a través de la amistad de dos amigos que viven en Nueva York, uno judío y otro árabe. Ambos viajan a Palestina días antes de la proclamación del Estado de Israel y acabarán atrapados en una guerra por defender aquello en lo que creen.
Aunque a veces cae en clichés propios de las películas occidentales (esta película está coproducida entre Francia, Reino Unido, Italia e Israel) tales como mostrar a los árabes en determinados momentos como los malos de la película, en líneas generales, la película es bastante neutral en el tratamiento político de la situación. Al menos, es más neutral que otras películas con la misma temática, como por ejemplo, Éxodo. No se entra a valorar quién tiene razón o no en el conflicto y, quizá, ése sea su mayor fallo.
Históricamente tiene algunas incorrecciones (a ver qué película no los tiene), pero en líneas generales se deja ver.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

A mí me gustó más la novela pero, como adaptación al cine, la película también está muy bien.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Tomo nota de la recomendación.
Un saludo.

Kurtz dijo...

Safo: reconozco que no he leído la novela, y no por falta de ganas, porque los dos autores son bastante buenos.
Un saludo.

Javiersanz: espero que te guste.
Un saludo.

Isabel dijo...

No la he visto, pero me la voy a apuntar. La historia siempre m ha atraído y esta especialmente, aunque lo que me gustaría ver no sé si será posible alguna vez…porque claro siempre estaría latente el miedo a ser acusado de antisemita y ni el endiosado Hollywood ni Europa estan por la labor…en fin.

Kurtz dijo...

Ése es el principal problema de la película, que intenta ser fiel a los hechos pero al mismo tiempo se "occidentaliza".