viernes, 19 de diciembre de 2014

El ataque a la sede del PP: el síntoma de lo que soterra la sociedad española




Esta mañana un hombre ha empotrado un coche contra la sede central del PP, situada en la archiconocida calle Génova. Dentro del coche, el hombre llevaba dos bombonas de butano, un saco de fertilizante, combustible y unas cerillas. Detrás de este suceso, sin víctimas ni heridos, hay una lectura social muy importante de la actual situación de España.
Hace unos días Mariano Rajoy, presidente del Gobierno, afirmaba que estas iban a ser las Navidades de la recuperación económica y que la crisis ya es Historia. Pero esa recuperación es evidente que no es tal; basta salir a la calle para comprobarlo.
El hombre que esta mañana ha empotrado un coche contra la sede del PP estaba en paro desde hace dos años y tenía antecedentes depresivos. Y es aquí donde quiero poner la lupa. Hay datos sobre esta crisis que no se nos están dando. La desesperación y la indignación están provocando muchas depresiones. Los suicidios son una cara visible (aunque pocas veces visible) de estas depresiones. ¿Cuántos trastornos psíquicos, psicológicos y psiquiátricos está provocando la crisis? Es algo que no se nos quiere contar. Solo de vez en cuando estos datos soterrados salen a la superficie en forma de suicidios tras desahucios o ataques a políticos y partidos.
Entiendo lo que ha hecho este hombre. Entenderlo no quiere decir justificarlo; lo aclaro por si alguno ya que quiere tirarse a mi yugular. Vivimos en una tensión permanente desde hace tiempo. (Casi) nadie ofrece soluciones a la crisis; se nos exige sacrificios mientras las élites políticas y económicas viven a todo trapo; hay corrupción a paladas en todos los estamentos; se nos miente como si fuéramos niños... ¿Alguien piensa que la sociedad no acabará hartándose y estallando? Si sigue la cosa como hasta ahora, seguro que lo hará. Así pues, si se quieren evitar imágenes como la de esta mañana en Madrid, los gobernantes deberían mirar a su pueblo, descruzar los brazos, arremangarse las mangas y empezar a trabajar por el bien social. No es tan difícil.

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