martes, 19 de junio de 2012

La lenta Justicia

La Justicia se mueve entre el hastío y la lentitud. Y eso, en un país que aspira a ser civilizado, no es de recibo.
Recientemente hemos tenido la polémica de Carlos Dívar, presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, quien se pegaba viajes de lujo, trabajando sólo tres días a la semana, y además cargándolo al dinero público. Le piden la dimisión por todos los lados (excepto unos pocos defensores mediáticos y políticos) y algunos dicen que la pedirá el jueves, pero él parece que aún no lo tiene nada claro.
Y ahora me vuelvo a la Comunidad Valenciana. Rafael Blasco, diputado del PP valenciano, se encuentra a un paso de la imputación. Está siendo investigado por la trama que desviaba dinero de la cooperación internacional a la compra de bienes e inmuebles en Valencia. Lo último que se sabe es que la jueza que lleva el caso ha pedido su imputación. Veremos qué pasa finalmente y en qué acaba todo el caso.
Si hay un caso que ejemplifica la lentitud de la Justicia valenciana (cuando interesa que sea lenta) es el caso Fabra. A Carlos Fabra, expresidente de la Diputación de Castellón, se le investiga por tráfico de influencias, cohecho y varios delitos fiscales. El caso ya se ha alargado nueve años y parece que habrá que esperar más tiempo, después de que la Audiencia de Castellón decidiera devolver el proceso judicial al juzgado de Nules. La estrategia es clara: alargar el proceso judicial al máximo para declarar la prescripción de los delitos que se le imputan (estamos hablando de una serie de sucesos ocurridos entre 1999 y 2004).

2 comentarios:

albers dijo...

En Argentina es igual de lenta la justicia Kurtz, salvo en algunos casos donde los jueces respondan al poder político..

Saludos por allá Kurtz!

Kurtz dijo...

Ya lo sabes, somos hermanos.
Saludos.