Mucho se está hablando (de una manera bastante hipócrita, pues el debate se está produciendo en el seno de la política española, lo más parecido en el mundo a la hipocresía) sobre la austeridad. El PP, como viene siendo habitual, utiliza este debate para predicar sin el ejemplo. Porque queda muy bien pedirle austeridad a Zapatero y que suprima altos cargos, pero hacerlo... eso ya no es tan fácil.
Veamos uno de los feudos del PP en España, la Comunidad Valenciana:
-Entre las diputaciones de las tres provincias hay 298 asesores para 178 altos cargos. El gasto total es de 12,2 millones de euros.
-En Alicante, la diputación (presidida por José Joaquín Ripoll), gasta 3,2 millones de euros en 74 asesores para 31 diputados. El ayuntamiento de la ciudad (dirigido por Sonia Castedo) gasta 1,7 millones en 54 asesores para 29 ediles.
-En Valencia, la diputación (presidida por Alfonso Rus), gasta 1,9 millones de euros en 49 asesores para 31 diputados. El ayuntamiento (dirigido por Rita Barberá), gasta 3,4 millones de euros en 60 asesores para 33 ediles.
-En Castellón, la diputación (presidida por Carlos Fabra), gasta 1,1 millones de euros en 37 asesores. Sorprende el reparto de los asesores. Mientras que cada diputado del PP tiene dos asesores, los once diputados de la Oposición tienen tres asesores en total. Algo parecido pasa en el ayuntamiento de Castellón (dirigido por Alberto Fabra, y no es familiar de Carlos Fabra, creo), que destina 877.000 euros al tema de los asesores. Veinte asesores para los catorce ediles del PP y cuatro para los trece de la Oposición.
Así yo también predico la austeridad.
martes, 22 de junio de 2010
La austeridad valenciana
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