Consecuencias del último atentado de ETA

Una vez más (y van...) ETA lo ha vuelto a lograr: ha evidenciado de nuevo que la unión política en España en materia antiterrorista sólo dura lo que tardan los fotógrafos en disparar sus cámaras. Paradójicamente, esta vez ha sido un atentado en suelo francés, en el que la banda terrorista ha matado por primera vez en su Historia a un gendarme francés.
De nada sirve que estos últimos años hayan sido los más negros de la banda terrorista en lo que ha detenciones se refieren. En los dos últimos años, incluso, han sido detenidos cinco líderes de la banda (alguno, incluso, menos de cuarenta y ocho horas con respecto al anterior). Pero de nada sirve todo eso. Para la derecha, Zapatero y su Gobierno colaboran activamente con la banda terrorista (seguramente para pagar la deuda del 11 de marzo). Así, por ejemplo, el diario La Gaceta (del grupo ultraderechista Intereconomía), el último atentado de ETA rompe la (enésima) tregua que Zapatero estaba fraguando con los terroristas. Es más, según ellos, en "lugar de dar la puntilla a los terroristas el líder socialista pretende hacerse una foto con una rama de olivo en el pico". Hasta el punto de que "los palos de ciego" que está dando ETA con cada asesinato son respondidos por Zapatero con intentos de reactivar la negociación.
Tampoco se quedó atrás, como siempre, Mariano Rajoy, quien destacó la intensa lucha y la colaboración con España de Francia contra el terrorismo. Luego, aprovechó para arremeter contra Venezuela y la supuesta colaboración de su presidente con las FARC y ETA. Por lo visto, la única forma de no colaborar con terroristas es haciéndose de derechas.