Muchas veces he criticado la Ley Antitabaco por esa discriminación que supone de los fumadores (estoy en contra de cualquier tipo de discriminación), pero tampoco me merecen ningún respeto aquellos que no cumplan la ley, por molesta que sea.
El Ministerio de Sanidad ha retirado a cinco comunidades autónomas (gobernadas por el PP en su mayoría) el dinero para la Ley Antitabaco porque precisamente no la cumplían. Entre ellas, la Comunidad Valenciana.
Y es que, el PP valenciano sigue empeñado en su cruzada antizapatero y no le importa saltarse leyes a la torera. Ya han manipulado a su antojo la Educación Para la Ciudadanía, somos la última comunidad en aplicación de la Ley de Dependencia y a saber en que se gastarán el dinero que reciben para esas subvenciones (¿alguien recuerda que parte del dinero que se recibió del Ministerio de Asuntos Sociales para combatir la inmigración fue a parar al presupuesto de la Copa América?).
Vuelvo a decir que la Ley Antitabaco no me parece una buena ley (si se quiere acabar con el tabaco hay otros métodos). Pero tampoco me parece bien no cumplir una ley por iniciar una campaña contra el Gobierno Central. Además, esta ley tampoco atenta contra la moral de nadie, por tanto, no debería haber ningún problema en cumplirla.
10 comentarios:
¿Quiénes son los discriminados?:
-los fumadores, con esta supuesta ley (que casi nadie aplica)
-los no fumadores, que llevamos toda la vida teniendo que soportar los humos de los fumadores en todas partes. Y encima tenemos que callar porque si no, nos tratan de "intolerantes".
Mi libertad termina donde empieza la de los demás. Eso es lo que yo creo.
Pero los fumadores de este puñetero país se creen con más derechos que nadie.
En Suecia, por ejemplo, un fumador siempre pide permiso a los que le rodean para fumar. Y nunca fuma en lugares cerrados, si sabe que molesta. Se sale fuera y se acabó.
Dudo mucho de que tanta educación llegue a hacerse realidad en esta gran España nuestra... Ni siquiera sabemos aplicar una ley.
Yo sí estoy de acuerdo con la ley antitabaco. Pero aun así, no encuentro ni una sola cafetería donde vivo, en la que tomarme un refresco con las niñas sin que salgamos escopetadas y tosiendo. Sé que no es el tema principal del post, pero es que me da rabia que un fumador en su derecho a fumar, se cargue el mío a respirar aire limpio. Yo, ejerciendo mi derecho no me cargo el suyo. Creo que la diferencia es evidente. En cuanto a los que se pasan vergonzosamente la ley por el forro, osea el PP, es absolutamente indignante lo que hacen, sea esta ley u otra cualquiera.
Perdón, la anterior soy yo, vitruvia.
yo estoy en contra de la ley pero porque me parece absurda: ¿Cómo puede el Gobierno dejar en manos de los dueños de los bares la decisión de si se fuma o no, por ejemplo? me parece absurdo, también, que no se contemplen zonas de fumadores en el trabajo, en edificios públicos. yo soy ex fumadora, así que comprendo a las dos partes. aunque os confieso que pienso que, en un país educado, la ley estaría de sobra.
Viguetana: en España no somos educados. Nos creemos superiores a todos, incluso a los españoles que nos rodean.
Por eso las leyes, ni se palican, ni se plantean bien.
Vitruvia (o Malulha Guevara): si estuviese bien planteada la ley, la defendería como el que más. Pero hay que mirar los dos lados, los fumadores y los que no fumamos. Además, me parece muy hipócrita prohibir fumar y permitir la venta de tabaco (y no es que piense que por prohibir la venta de tabaco se vaya a acabar con los fumadores).
Desesperada: ahí está el problema. Sólo se ha pensado en los no fumadores, pero mirando también al sector hostelero, que fue el primero en protestar (y con razón). Y al final ha salido lo que ha salido. Es muy difícil contentar a todos.
El problema de las libertades... Por un lado somos libres, por otro lado reglamos tanto las cosas que terminamos inmersos en una maraña de normas que desconocemos y de deberes que nadie sabe de donde nacen. Trataré de aportar mi granito de caos a la situación.
La libertad se corresponde con mi derecho a decidir, si cohartan mi posibilidad de decidir, cohartan mi libertad. La libertad no cimienza ni termina, se tiene y se ejercita. Si la libertad terminara donde empieza la libertad de los demás... sería un eufemismo de haz lo que te permiten y no lo que quieres. Es decir que uno es libre de hacer lo que le plazca siempre y cuando acepte cargar con las consecuencias.
Una forma de cohartar el poder de decisión es dando una sola opción, esto es, no permitiendo bares de fumadores o no permitiendo bares de no fumadores. Esto obligaría a los no-fumadores a aguantar todo el humo, y a los fumadores a aguantarse de hechar humo, dependiendo del caso. Es exactamente lo mismo que se desprende de la frase de Henry Ford cuando dijo (respecto del Ford T)"Los clientes pueden tener un coche del color que quieran, siempre que sea negro".
Deberían existir cafés para fumadores y cafés para no fumadores y también cafés para ambos, en el cual cada área esté cuidadosamente delimitados. No es prohibir la solución, las prohibiciones solo conducen a la represión o a la rebelión. A la desobediencia, pero de igual manera que un fumador no puede pretender que todo el mundo aguante su vicio, un no fumador no puede pretender que todo el mundo se adapte a su temperanza. Ambos, no-fumador y fumador han de tener opciones que garanticen su libertad de decidir, y la prohibición o la permisividad eliminan (o pretenden eliminar) una de estas opciones.
Un abrazo.
Estoy totalmente de acuerdo contigo.
Pero aquí al parecer no se puede compartir la libertad.
Un abrazo.
Bueno este tema es muy delicado para mí, porque soy fumadora. He intentado dejarlo muchas veces pero no lo he conseguido y si no lo hago pronto, no creo que mis pulmones den para mucho más.
Siempre he sido una persona respetuosa, no fumo donde hay comida, ni donde hay niños, ni en lugares cerrados, pero no lo he hecho nunca, no porque ahora lo diga una ley.
El gobierno es el primero que se lucra por la venta de tabaco, creo que debería estar prohibida su venta, porque es más el gasto que producimos a la seguridad social que el beneficio que reciben por el consumo que hacemos de él.
Aquí en Barcelona, cito dos bares, por poner un ejemplo, que son de lo más curioso, Uno (en Paseo San Joan), está delimitado con unas líneas amarillas en el suelo. Nada más entrar, hay un rinconcito a la derecha, que se forma con la barra y la luna exterior (cabe una persona), en el que sí está permitido fumar, o sea, si viene conmigo otra persona que no fuma, sólo tiene que ponerse al otro lado de la línea (y yo en el rincón) y ya está la ley cumplida. También hay otro muy emblemático en la calle Ferran (que es la que una Las Ramblas con la Plaza San Jaume (donde está el Ayuntamiento y la Generalitat), y que antes tenía sitiados a los fumadores en un rincón, y al final ha decidido sacrificar medio bar cerrando una parte y convertirlo entero para fumadores en detrimento de los no fumadores.
El que inventó la ley, inventó la trampa.
Saludos.
Yo también soy ex fumadora. Hace dos años que nada de nada, ha sido difícil pero lo sana que me siento ahora no lo cambio por un cigarrilo.
Recuerdo que cuando fumaba también tuve mis momentos de mala gente y fumaba donde no debía. Pero creoq ue fueron pocos pues más recuerdo que la mayoría de las veces preguntaba a quienes me acompañaban si les molestaba. Si ese era el caso me aguantaba.
Ahora que no fumo me he vuelto muy sensible al humo, de pronto será un efecto del abandono del vicio. Si estoy en un bar no me incomoda, pero en la oficina, mi casa o cualquier otro lugar cuyo ambiente no sea rumba, no lo tolero. Se me irrita la nariz y me da dolor de cabeza.
Sin embargo, sé que los fumadores tienen derecho a su vicio así como los no a querer respirar un aire limpio. Encontrar el punto de acuerdo depende de nuestra capacidad de entendernos y plantear soluciones y condiciones en el momento en que se requieran.
Nina: suele decirse que hecha la ley, hecha la trampa. Y en este caso es así.
De todas formas, no sé si prohibir la venta de tabaco solucionaría el asunto; no hay mejor promoción de algo como su prohibición.
Saludos.
Catalina Trujillo: como se ha dicho por ahí arriba, si todos tuviésemos algo de educación, no haría falta siquiera esta ley.
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