Dos personajes en la cárcel

Esta semana, dos personajes (no merecen el calificativo de "personas") han coincidido en su entrada en la cárcel.
El primero de estos personajes en Paris Hilton, una chica famosa por no hacer nada (lo único de provecho que ha hecho esta chica es morirse en la única escena buena de la película La casa de cera). Al parecer, esta chica había sido condenada por conducir borracha a realizar trabajos comunitarios. Debió pensar que esto de los trabajos comunitarios era demasiado duro para ella (¿hay algo que no lo sea?) y que como era rica, eso de las condenas no iba con ella. Fue pillada conduciendo sin carnet, por lo que acabó con sus huesos en una celda que ya querrían para sí muchos otros reclusos. La última semana, muchos programas analizaban el mal trago que estaba pasando la "pobre" Paris Hilton.
El otro personaje que ingresó en prisión ha sido De Juana Chaos, coincidiendo con la ruptura formal del alto fuego por parte de ETA y tras recuperarse de las secuelas de su huelga de hambre. Desde que la había iniciado, políticos, y sobre todo periodistas, monopolizaron el tema (más de un mes llevamos desayunando, comiendo y cenando con De Juana Chaos) como si en la política española no pasase otra cosa, con una desvergüenza propia de los programas del corazón, con fotos incluidas de sus paseos por el hospital con su novia o aireando sus intimidades al más puro estilo Salsa rosa (a eso me recordó Acebes cuando aireó que De Juana Chaos se duchaba con su novia). Hay que ver a que punto ha llegado nuestra sociedad, en que es imposible distinguir un programa del corazón de un informativo.
Y ahora pregunto yo: ¿A alguien le interesa lo que le pase a personajes cuyas aportaciones humanas y sociales son más bien escasas (por no decir nulas)? A mí no.