Hace un par de días, miembros del partido ultraderechista Vox hacían un ridículo mayúsculo colocando una bandera española de ocho metros en el Peñón de Gibraltar. Resultado, uno de ellos tuvo que huir a nado y otro, líder del partido en Madrid, fue detenido.
Esa es la diplomacia que se gasta la derecha, la confrontación. Si puede ser a nivel internacional, mejor. Otro ejemplo lo vimos con Albert Rivera viajando a Venezuela. Supuestamente iba a ayudar a mediar en el conflicto político y social del país, pero solo fue a apoyar a la Oposición. ¿Qué forma de mediar es esa en la que el mediador apoya y solo escucha a uno de los dos bandos? Si hasta Zapatero y Margallo tuvieron que intervenir para evitar que la actitud de Rivera derivara en un incidente internacional. Y lo de Rivera es grave, porque se aspira a gobernar. Y en materia internacional ya le veo siguiendo la misma línea que el PP.
Y es que el Gobierno, por ejemplo, tampoco se muestra muy diplomático internacionalmente. El ejemplo de Cuba es muy claro: mientras todos los países abren sus relaciones, España se cruza de brazos y hace como si nada hubiera cambiado.
En fin, como ya he dicho antes, algunos prefieren la confrontación a la diplomacia. Generalmente creen que sus ideas son las mejores. También opinan lo mismo con respecto a su país: el mejor y el superior moral. Y eso, no hace falta que lo diga yo, no es diplomacia.
miércoles, 22 de junio de 2016
La diplomacia de la derecha
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