Parece que la Justicia de Castellón está intentando limpiar su imagen después de seis años del esperpento que está suponiendo el caso Fabra.
Hace tiempo, Fabra interpuso una querella contra la revista Interviú por informar ésta sobre su patrimonio. Pero la querella fue desestimada por entender el juez que Fabra no es un particular, sino una autoridad y que, por tanto, informar de su patrimonio no es delito. Además, "No se han publicado en este caso datos reservados de su patrimonio, sino una investigación sobre el proceder patrimonial y fiscal de un hombre con responsabilidades públicas, que gestiona ingentes sumas de dinero, también público, y del que su comportamiento presenta un indudable interés para los ciudadanos de la provincia de Castellón y de todo el país".
Es sólo otro revés jurídico que se añade a los que viene sufriendo Fabra desde hace un tiempo, concretamente, desde que España entera se ha dado cuenta de los esperpéntica y politizada que es la Justicia valenciana.
Mientras, Carlos Fabra ya no basará su triste defensa en su inocencia, sino en la prescripción de los delitos que se le imputan. ¿Habría ahora que juzgar por prevaricación a los jueces que han permitido esa prescripción?
2 comentarios:
La extensión del daño de un delito puede medirse de acuerdo al daño que provoca a una persona y a la cantidad de personas que daña.
Un asesinato, por ejemplo, daña a una persona, un estafador a muchas, un político o un juez corruptos a muchas más, con el agravante de que provocan, en sus representados y protegidos, desconfianza contra el estamento que ellos ocupan.
De la misma forma en la cual no concibo que el crimen de un homicida u asesino prescriba, tampoco concibo que el crimen escrito por un juez o un político prescriba, en la mayoría de los países el asesinato y el homicidio no tienen fecha de prescripción, pero los delitos que políticos y jueces pueden cometer sí ¿Por qué? ¿Por qué prescriben cuando causan un daño tan extenso?
Porque ellos son, por lo general, quienes hacen e interpretan las leyes.
Aviados estamos.
Un abrazo.
Estoy contigo. Ningún delito grave (estafa, corrupción -entendiendo por corrupción todas sus formas entre los políticos y otras figuras públicas-, asesinato, violación, terrorismo y secuestro) debería prescribir.
Un abrazo.
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