miércoles, 4 de agosto de 2010

Nacionalismos: remontándonos al pasado


Hace tiempo vi este mapa en este blog. El un mapa en el que se ven los reinos que formaban lo que hoy conocemos como España, en una época determinada. La pregunta que se hacía el autor del blog era: ¿Dónde está Cataluña? (pregunta que podemos leer en inglés en el propio mapa). También se decía, como dato adicional, que el catalán era un dialecto mezcla del "español" (¿ya se podía hablar en aquella época de "español"?) y francés.
Cabe hacerse la misma pregunta con respecto a España: ¿Dónde está España? Eso por no hablar del idioma español, que también proviene de otra lengua, en este caso, el latín.
Y es que ese es el gran problema de los nacionalismos (me da igual que sea el nacionalismo catalán que el español). Que sólo son capaces de mirarse el ombligo y de rechazar lo ajeno. Lo mismo es decir: "Viva España y puta Cataluña" que "Visca Catalunya y puta Espanya". Los nacionalismos sólo sirven para que los políticos nos puedan dividir y nos alejen de nuestros problemas reales.
Ya que estamos remontándonos en el pasado para justificar el nacionalismos, ¿por qué no reclamamos España como provincia musulmana, visigoda o romana? Yo propongo que, en este tema del nacionalismo, nos remontemos hasta la prehistoria, cuando no había países y cada cual era de su cueva.
Pero vamos, la conclusión viene a ser que si eliminamos el nacionalismo de nuestras vidas, viviremos mejor y más felices.

10 comentarios:

Im-Pulso dijo...

La bitácora en la que has recogido ese mapa del siglo XIII --cuyo rigor cultural y "político" es parejo al de los alquimistas-- no es precisamente un aval cientñifico ni de sensatez.
Sólo pretendo matizar que el anti-nacionalismo es tan perverso y provocador de confusiones como el nacionalismo excluyente.
Es legítimo e incluso puede ser racional mantener posiciones o criterios nacionalistas --fundamnetalmente en el ámbito de lo cultural--, lo que en mi opinión es fuente de enfrentamientos y enajenaciones es el fruto del nacionalismo que ha cruzado la línea para convertirse en patrioterismo.
Cuando los "fieles" de un territorio y de una bandera se autoerigen en únicos intérpretes de la realidad, incluida la de ellos mismos, el problema y más pronto que tarde el conflicto, están garantizados.
Por cierto, casi todos los monarcas de la Corona de Aragón-Aragò fueran miembros de familias catalanas, casi todas de Barcelona, que fue la capital económica y "política" de "la unión de señores feudales" reunidos bajo la denominación Aragón-Aragò, cuyas cortes se reunieron en distintas localidades de ambos lados del río Cinca, en los territorios de lo que hoy son dos comunidades autónomas.
Saludos.

Kurtz dijo...

Estoy de acuerdo en lo que comentas sobre el nacionalismo en el ámbito cultural. El problema es que la línea que separa el ese nacionalismo del patrioterismo es demasiado delgada. Y lo que debería servir para proteger una cultura acaba convertido en un arma arrojadiza.
Y por cierto, resulta curioso como en estos enfrentamientos, cada uno reescribe la Historia a su gusto. Demasiado acertó Orwell en su "1984".
Saludos.

Diego dijo...

los nacionalismos no sirven para nada bueno, solamente para enfrentar a las personas.

las mejores muestras de patriotismo es cuando trabajas por tu nación, no cuando lanzas soflamas patrióticas sin hacer nada.

ojala con el tiempo erradiquemos este movimiento

saludos

Kurtz dijo...

Coincido contigo. Y añado que es uno de los peores males que existen.
Saludos.

Catarroja Descoberta dijo...

Lo que enfrenta a unos contra otros sirve en bandeja el plato al gobernador de turno que quiera ganarse un puñado de votos y con ello vivir del cuento.
Pero estos "patriotismos" se dan entre países (no le digas a un alemán que es tan europeo como un español), comunidades autónomas (Cataluña-Cdad Valenciana, por ejemplo), entre províncias (todos sabemos cuanto nos quieren en Alicante a los valencianos, por ejemplo), entre pueblos (mi abuelo jugaba a ir al barranco que separa Catarroja de Massanassa a tirarse piedras contra los masanaseros)e incluso entre barrios.
En fin, se debe llevar en los genes...
Salut

Kurtz dijo...

E hilando más fino, también pasa entre famlias, entre vecinos y entre miembros de una misma familia.
Es como una especia de miedo a lo que nos es ajeno, cosa que no entiendo. Pero espero que se es genético, algún día se encuentre una cura genética.
Salut.

Im-Pulso dijo...

Hay un libro de Kapucinski, escrito con motivo de sus viajespor África, titulado "El otro" que refleja con acierto ese sentimiento --que no razonamiento-- que hemos heredado de nuestros ancestros y que inconscientemente nos impele al gregarismo, a identificarnos con un grupo (sea familiar, territorial, o acaso cultural o religioso) y a protegernos y, si se tercia, rechazar e incluso agredir a los que son ajenos a ese grupo.
En cierto modo, el nacionalismo es hijo natural de esa dinámica.
Saludos.

Kurtz dijo...

No conocía ese libro. Lo intentaré localizar y le echaré un vistazo.
Saludos.

http://ak02tiger02.obolog.com/ dijo...

Perrfecto; Defendemos exáctamente el mismo punto de vista. Vivimos en el día de hoy y con problemas de hoy, no de ayer ni de anteayer. Menos ejercicios "sesudos" de dogmatismo y fanatismo (que a fin de cuentas no son nada mas que racismo, xenofobia y ventajismo económico y político); poco o nada nos importa a los que dependemos de un minúsculo sueldo que era Hispania en tiempos de los romanos y que en tiempos de la "armada invencible (salvo como cultura histórica) y mucho menos para intentar reeditarlo ahora, especialmente con la experiencia nefastaque tenemos de que pasa cuando anteponemos los nacionalismos al sentido común.
Un saludo afectuoso.

Kurtz dijo...

Ese es un gran problema del nacionalismo, que sólo se preocupa por cosas que no interesan al ciudadano, al cual sólo le interesa que los políticos solucionen los problemas del día a día.
Un saludo afectuoso.