Sobre la construcción de una mezquita en la Zona Cero

Desde hace tiempo se ha levantado una gran polémica por al construcción de una mezquita "en la Zona Cero de Nueva York". Lo primero es aclarar que no se va a construir en el lugar que antes ocupaban las Torres Gemelas, sino a dos manzanas. La tergiversación que de este asunto se está haciendo es tal, que leyendo a ciertos medios, uno puede pensar que en el lugar de las torres van a construir la dichosa mezquita. La mezquita (que en un principio se iba a llamar Cordoba House, pero que finalmente se llamará Park 51) será parte de un centro cultural islámico y ocupará el lugar de un edificio que, eso sí, resultó dañado por los escombros de las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001.
Puedo entender que las propias víctimas del atentado se puedan sentir, hasta cierto punto, ofendidas por esta construcción. Pero hay que entender una cosa: ser musulmán no implica ser terrorista. Puede que fanáticos islamistas llevaran a cabo los atentados del 11 de septiembre; pero eran precisamente eso: fanáticos. Y fanáticos los hay en todas las religiones y todos ponen la misma excusa a sus actos: Dios.
En Estados Unidos, donde el integrismo católico es más evidente, nadie se negaría a construir una iglesia cerca de un hipótetico centro abortista que hubiera sido arrasado por una bomba de un grupo declarado católico y provida, como ya ha sucedido más de una vez. O, ¿nos escandalizaríamos por la construcción de una iglesia católica cerca de un colegio, conociendo los últimos casos de religiosos que han abusado de niños?
Igual que, aquí en España, no todos los vascos son terroristas (ni siquiera toda la izquierda abertzale), no todos los musulmanes son terroristas. Estados Unidos no debería caer en esa trampa, que es en la que los fanáticos quieren hacernos caer. El país norteamericano siempre ha presumido de libertad, sobre todo en el ámbito religioso. Ahora es una buena oportunidad para demostrarlo.