Costes y sobrecostes

Qué bien (y fácil) se gasta el dinero cuando es de los otros. Esto es lo que debe de pensar la Generalitat cuando gasta el dinero público en autosatisfacerse con grandes eventos y gastos chorras.

Un mes antes de la elecciones del 2007, se inauguraba la prolongación hasta el aeropuerto de la Línea 5 (por cierto, hoy se ha sabido de un incidente ocurrido cuando un convoy de la Línea 5 se metió, debido a un error en el cambio de agujas, en una estación de la Línea 3; y aún dicen que el metro valenciano es el mejor del mundo). Dicha prolongación sufrió varios incidentes en menos de 24 horas (es lo que tiene las prisas de las inauguraciones electorales). Incluso socavones calificados como "pequeños blandones" o "simples hoyos".

Esto provocó que, sólo en 2008, el tramo entre Mislata, Quart de Poblet, Manises y el aeropuerto, acumulara un sobrecoste de 11 millones.

Y es que el tema de los sobrecostes se valora mucho en la Generalitat. Cuanto más sobrecoste tenga una obra, mejor. No hay más que ver las obras de Calatrava en la Ciudad de las Artes y las Ciencias, en especial el Palau de les Arts.

Claro que otras veces nunca sabemos lo que costó. ¿Alguien sabe la cifra exacta de lo que costó la visita de Benedicto XVI a Valencia en 2006? Se dijo que se gastaría en ella "lo que haga falta". A día de hoy todavía no sabemos lo que hizo falta. La excusa durante todos estos años es que se producen errores humanos o informáticos que impiden que se presenten las cuentas. Lo único que se sabe es que Canal 9 excedió en 12 millones su presupuesto para seguir al Papa. Lo que tampoco se sabe es de dónde sacó el dinero el canal autonómico. El recién dimitido Pedro García dejó un agujero de 900 millones.