Hace unos días, en Pozuelo, tuvieron lugar una serie de actos salvajes protagonizados por jóvenes ("Pijoborrokas", lo llamaron en El Mundo). Estos jóvenes, protagonizaron una batalla campal con la policía, a la que llegaron a acorralar, mientras quemaban algún contenedor y algún coche patrulla. Incluso estuvieron a punto de asaltar la comisaría.
Eso sí, al día siguiente, los veinte jóvenes detenidos fueron puestos en libertad (¿Y si hubieran sido jóvenes antisistema rompiendo los cristales de alguna comisaria?). Y de nuevo, la sociedad mira con recelo a los jóvenes y se pregunta qué está haciendo mal.
Por lo pronto, los lumbreras que ostentan el poder político tienen sus soluciones. En Pozuelo se prohibió el botellón. Bien, ¿y después? ¿Se propone alguna alternativa al alcohol? ¿Por qué no se promueve más el consumo responsable?
Al Defensor del Pueblo se le ha ocurrido otra genial idea, secundada por el PP (lo que da pistas sobre su genialidad): que se vuelva a tratar de usted al profesor. O sea que estamos reduciendo el respeto a una mera fórmula.
El Gobierno de Madrid también ha propuesto algo: restablecer por ley la autoridad del profesor en las aulas. No sé cómo lo harán. ¿Meterán policías en las aulas?
Y mientras esperamos una solución por parte de los políticos (una solución que, evidentemente, no tienen), obviamos la verdadera raíz de este problema: la Educación. España sigue estando en el furgón de cola de los países desarrollados en cuanto a la Educación. Y algunos aún niegan la importancia de educación Para la Ciudadanía. Pero no sólo eso, también las familias deben implicarse en la educación de sus hijos. Y la excusa no debe ser que en el Estado de bienestar, los padres no tienen tiempo para sus hijos. Porque entonces, mejor no tenerlos.
De nosotros, de toda la sociedad, depende que lo de Pozuelo (por muy "pijoborrokas" que fueran) no sea nada más que un síntoma tratable. No esperemos a que la enfermedad se extienda y se haga terminal.
Eso sí, al día siguiente, los veinte jóvenes detenidos fueron puestos en libertad (¿Y si hubieran sido jóvenes antisistema rompiendo los cristales de alguna comisaria?). Y de nuevo, la sociedad mira con recelo a los jóvenes y se pregunta qué está haciendo mal.
Por lo pronto, los lumbreras que ostentan el poder político tienen sus soluciones. En Pozuelo se prohibió el botellón. Bien, ¿y después? ¿Se propone alguna alternativa al alcohol? ¿Por qué no se promueve más el consumo responsable?
Al Defensor del Pueblo se le ha ocurrido otra genial idea, secundada por el PP (lo que da pistas sobre su genialidad): que se vuelva a tratar de usted al profesor. O sea que estamos reduciendo el respeto a una mera fórmula.
El Gobierno de Madrid también ha propuesto algo: restablecer por ley la autoridad del profesor en las aulas. No sé cómo lo harán. ¿Meterán policías en las aulas?
Y mientras esperamos una solución por parte de los políticos (una solución que, evidentemente, no tienen), obviamos la verdadera raíz de este problema: la Educación. España sigue estando en el furgón de cola de los países desarrollados en cuanto a la Educación. Y algunos aún niegan la importancia de educación Para la Ciudadanía. Pero no sólo eso, también las familias deben implicarse en la educación de sus hijos. Y la excusa no debe ser que en el Estado de bienestar, los padres no tienen tiempo para sus hijos. Porque entonces, mejor no tenerlos.
De nosotros, de toda la sociedad, depende que lo de Pozuelo (por muy "pijoborrokas" que fueran) no sea nada más que un síntoma tratable. No esperemos a que la enfermedad se extienda y se haga terminal.
3 comentarios:
Pozuelo no es un síntoma tratable aislado, forma parte de una serie de situaciones muy similares.
El deseo de desafiar a la autoridad ha existido siempre entre los adolescentes, de hecho es una de las características de esa étapa de la vida, pero la violencia colectiva que la acompaña desde hace unos años, es nueva en España.
Con ser muy grave el calamitoso estado de la educación , más grave me parece que, pese a haber visto en otros países estos sucesos que tanto nos inquietan, no hayamos tomado las medidas necesarias para prevenirlos, siempre pensando como Fraga, que España es diferente.
Salud!
No hay consumo responsable del alcohol, es una droga!
Una droga permitida y legal, pero droga al fin y al cabo, el tener un consumo responsable es una quimera.
Besicos
Jove Kovic: porque en España somos más de improvisar medidas chorras cuando tenemos el problema encima. Aún así, sigo creyendo que la solución a la falta de civismo está en la educación.
Salud.
Belén: yo sí que creo en el consumo responsable. Si uno tiene voluntad de hacerlo (aunque es verdad que no todos la tienen).
Besicos.
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