jueves, 24 de septiembre de 2009

El PP valenciano en "El Jueves": Camps contra Zaplana

Cuarta entrega del retrato del PP realizado por la revista El Jueves:

De cara a las elecciones de 1999, Zaplana, con la "siempre fiel" colaboración de Blasco, trabajará para aniquilar al partido de sus socios de Gobierno. Para ello, "comprará" a destacados dirigentes de UV que se afiliarán al PP, quedando los cuadros del partido regionalista reducidos a una mediocridad de chifla.
Los peperos esta vez conseguirán una holgada mayoría absoluta.

Durante su segunda legislatura, Zaplana marcará las líneas maestras de actuación con las que hasta el día de hoy gobiernan los populares en la comunidad:

-Privatización de servicios públicos: Dejando su gestión en "manos amigas".
-Destrucción del litoral: Fomentando pelotazos urbanísticos.
-Derroche público: En infraestructuras faraónicas con difícil fiscalización de sus cuentas y escaso rendimiento económico.
-Férreo control de los medios de comunicación públicos: Así como adjudicaciones "digitales" a los demás medios audiovisuales.

Llegados a este punto, nuestro prohombre empieza a aburrirse, aspirando a más altas metas. Dirige entonces su mirada hacia Madrid, convirtiéndose así, antes de acabar su 2ª legislatura, en el ministro mejor bronceado de la Historia. No sin antes dejar (y es aquí donde cometió su mayor error) las cosas atadas y bien atadas en Valencia para continuar manejando tan lucrativo chiringuito desde la capital del reino.

2002:
El delfín se le transforma en escualo, y Camps, con la inestimbable ayuda, como no, del adaptable Blasco, iniciaría una lucha fratricida por el poder dentro del partido, entre zaplanistas y campsistas, que a punto está de hacer estallar al PP de la comunidad y en la que poco a poco irán ganando los del bando de Camps.
Canal 9, por supuesto, ni menciona esta contienda, y Blasco es recompensado con la consellería de Territorio y Vivienda, una perita en dulce para un tipo sobre el que planean sombras de cohecho desde su vieja etapa socialista.

Camps, sin duda, es muy diferente a su predecesor y, si en lo esencial en sus políticas no se notan grandes cambios, sus estilos sí son bien diferentes:

-Desprecio a los periodistas: Camps es el único presidente autonómico durante la democracia que tiene como norma no responder nunca a los periodistas en sus escasas comparecencias.
-Valencianismo: Francesc hace gala de su valencianía hasta el punto de que Aznar, paradójicamente, le llegó a tildar de catalanista.
-Beatería: Frente a la campechanía y "ligereza" de costumbres de Zaplana, Paco es un devoto meapilas.
-Vulnerable al halago.
-y... enfermizamente presumido.

2 comentarios:

Irreverens dijo...

Si antes ya me ponían enferma estos dos tipejos, después de leer esto voy a tener pesadillas, ¡jajaja!

Kurtz dijo...

Pues espérate, que aún quedan dos entregas más.
Jajajaja.