Recientemente se realizó en el hospital La Fe de Valencia el primer trasplante de cara realizado en España (y octavo en el mundo). No le faltó tiempo a los políticos valencianos, con Rita Barberá a la cabeza, para adjudicar este éxito a la calidad del sistema sanitario valenciano. Sin embargo, la realidad pretende no darles, una vez más, la razón.
Los intereses del paciente (que espera en esas interminables colas a ser atendido o a recibir un tratamiento) no son atendidos correctamente. Baste como ejemplo la privatización, cada vez mayor, del sistema sanitario valenciano (y, como ejemplo, una vez más, el nuevo hospital La Fe).
Que se sitúe a la Sanidad valenciana en último lugar, por tercer año consecutivo, en el ránking español parece no importar a nuestros políticos (por cierto, en los últimos seis años, Madrid, Murcia y valencia están en los últimos cinco puestos; y Valencia ocupa el último puesto en esos seis años excepto en 2006, que ocupó el penúltimo). Güemes dijo en cierta ocasión que la Sanidad pública era buena gracias a la privada. Esto, a todas luces, no deja de ser una chorrada como un templo.
Eso sí, al igual que los grandes eventos, Rita Barberá y su equipo se apropian el éxito de un trabajo que no han realizado y nos anestesian con sus mentiras. Porque si se atribuyen el éxito del trasplante de cara, también deberían atribuirse el fracaso del caso Maeso.
Y mientras en otros países parece que quieren abandonar ciertas prácticas y quieren hacer pública y universal su Sanidad (aunque eso sea algo "socialista"), nosotros vamos como el cangrejo, hacia atrás, dejando que nos privaticen nuestra Sanidad.
martes, 1 de septiembre de 2009
La calidad de la Sanidad valenciana
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