Hace unos años exitía en Televisión Española un programa llamado Tengo una pregunta para usted. En él, ciudadanos de la calle realizaban preguntas a políticos. En cierta ocasión, el político entrevistado fue Josep Lluís Carod-Rovira, líder por entonces de Esquera Republicana de Catalunya (ERC). Rovira perdió los papeles cuando un par de entrevistadores, con ánimo de molestar, insistieron en llamarlo José Luis, alegando que no entendían catalán.
Hace unos días en Valencia ha pasado lo contrario. El centro de la polémica ha sido Mónica Oltra, que insiste en que la llamen Mónica y no Mònica. La diferencia puede parecer una tontería para cualquiera fuerra de la Comunidad Valenciana. Solo cambia la dirección de la tilde. Resulta que Mónica es castellano y Mònica valenciano. Y aquí algunos se han tirado al cuello de la política.
Mónica Oltra está en su derecho de llamarse Mónica igual que Carod-Rovira de llamarse Josep Lluís. Y sobran más polémicas. Ella perfectamente puede defender los intereses de los valencianos llamándose Mónica. Una cosa es defender la cultura de una región y otra es convertirse en talibanes lingüísticos.
lunes, 11 de abril de 2016
Mónica Oltra, ¿por qué no?
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