sábado, 17 de enero de 2015

Historia del fin del mundo




En los años 70, una exposición de un fotógrafo estadounidense descubría al mundo entero una tragedia que llevaba años produciéndose en Japón. Las fotografías mostraban a personas, que padecían una extraña enfermedad, conocida como Enfermedad itai-itai o Enfermedad de Minamata. Las fotografías mostraban a seres humanos convertidos en muertos en vida, con sus cuerpos rígidos en posturas terribles, que no se movían ni para alimentarse. Las víctimas de esta enfermedad sufrían una degeneración física hasta que morían. Y de esta enfermedad no se libraban ni siquiera los animales domésticos. Incluso se dieron casos de madres sin síntomas que daban a luz niños con la enfermedad ya en desarrollo.
Los primeros casos empezaron a detectarse en los años 50. En 1956, ya se hablaba de epidemia, una epidemia que afectaba a la zona de la bahía de Minamata y parecía localizarse exclusivamente allí. Tras una investigación, el Gobierno japonés determinó en 1968 que la enfermedad se debía a la contaminación por mercurio de peces y marisco. La empresa petroquímica Chisso había vertido, entre 1932 y 1968, más de ochenta toneladas de mercurio a las aguas de la bahía. El mercurio contaminó el plancton del cual se alimentaban los peces. Posteriormente, los habitantes de la región pescaban esos peces que eran la base de su dieta. Además, en la región era habitual comer el pescado crudo. Todavía hoy día se registran miles de casos al año.
Las víctimas entablaron entonces una lucha contra la empresa petroquímica, que no quería indemnizarlos. Incluso llegaron a convertirse en accionistas de la empresa para poder acceder a sus juntas y asambleas. La lucha tenaz de estas víctimas sorprendió en una sociedad como la japonesa, tan conservadora y poco dada a protestar contra el Gobierno y las autoridades. Hasta 1996 las víctimas no serían indemnizadas.

En Historia del fin del mundo, Fernand Gigon recoge esta historia real de la lucha de las víctimas de una injusticia contra los gigantes responsables. El libro, publicado en 1976, es ideal para conocer esta sorprendente historia que para muchos nos era desconocida. El estilo del autor, a medio camino entre el reportaje periodístico y el humano, permite conocer todos los detalles de la historia. Un libro, en definitiva, impresionante.

3 comentarios:

Kurtz dijo...

Hola Jesús:

Te añado yo también.

Un saludo.

Víctor Garijo dijo...

Terribles lo sucedido pero me alegra saber que se agruparon y lucharon con valentía. Las indemnizaciones siempre tardan. Es una pena

Kurtz dijo...

Siempre ha que luchar, aunque la lucha nunca será fácil, y menos contra grandes empresas corporaciones.