España: ¿Estado aconfesional?

Durante las legislaturas de Zapatero, nos cansamos de oír a la Iglesia hablando de la ofensiva ultralaicista del Gobierno socialista (a pesar de esa supuesta "ofensiva", la Iglesia nunca había recibido tanto dinero público como durante la era Zapatero). Ahora que gobiernan los suyos en España, la Iglesia pide que la religión vuelva a tener un papel predominante en la educación. Y hacia allí parecen encaminarse los pasos del ministro Wert y los demás de su partido.
Hace unos meses saltaba una noticia cuanto menos curiosa: La Generalitat valenciana ofertaba a profesores un curso bajo el rimbombante título de "Apariciones y milagros de Nuestra Señora". El objetivo claro de estos cursos, impartidos en el arzobispado de Alicante, es claramente el adoctrinamiento religioso de los profesores.
No nos extrañó estos cursos, que venían de la mano de María José Catalá, consellera de Educación y calificada por los sindicatos de enseñanza de fundamentalista, retrógrada y reaccionaria. Tengamos en cuenta que en la Comunidad Valenciana se han dado imágenes tan surrealistas como la de Juan Cotino, presidente de Les Corts, el parlamento de todos los valencianos y valencianas, jurando el cargo ante un crucifijo.
Hay un partido, en este Gobierno, al que no le importaría que España sea un estado teocrático. Si siguen así, la única diferencia entre Irán y España será la religión.