Sobre los incidentes de Cataluña

Entre la madrugada de ayer y el día de hoy, miles de personas protestaban en Barcelona. El objetivo era impedir que los parlamentarios catalanes llegaran al hemiciclo para aprobar unos presupuestos que contemplan una serie de recortes en Sanidad y Educación. La protesto ha degenerado hoy en actos de violencia.
Empezaré diciendo que condeno cualquier tipo de violencia. Repito, cualquier tipo. Los incidentes ocurridos hoy en Barcelona no tienen justificación. Ni por parte de unos ni por parte de otros. Pero, por otro lado, creo que es comprensible lo que ha pasado (siempre que los árboles no nos impidan ver el bosque).
Porque también es violencia aprobar unos presupuestos que recortan en algo tan importante como Sanidad y Educación. Porque la "línea roja" ya la habían traspasado los políticos (y sus brazos ejecutores, las policías) con desalojos violentos en los días precedentes. Porque no se puede llamar Justicia, democracia, ni ley a lo que hacen políticos y banqueros en este país y en el mundo, a que nos gobiernen corruptos y ladrones y abusen de nosotros banqueros sin escrúpulos.
Si alguien pensó que esto iba a ser totalmente pacífico (y más viendo lo sucedido en días precedentes en Madrid, Barcelona, Valencia o Salamanca) es que es demasiado ingenuo. Ni Gandhi se libró de la violencia. Estamos intentando cambiar las cosas, y los que gobiernan no dejarán que sea un cambio tranquilo. se aferrarán a sus sillones y se encerrarán en sus centros de poder, como los nobles de La muerte de la máscara roja, en cuento de Edgar Allan Poe. Ha eso me ha recordado la imagen de Artur Mas y los suyos viajando en helicóptero para llegar al Parlamento catalán.
Repito, por si no ha quedado claro, condeno lo sucedido hoy en Barcelona (y eso que en otros países tampoco se quedan atrás con los disturbios; véase Grecia). Pero no me siento culpable cuando, al ver en una de las imágenes a un político trajeado correr como alma que lleva el diablo y saltar entre camionetas para huir, he sonreído de puro placer.