Universidad pública valenciana

Desde hace un tiempo se viene denunciando que las universidades públicas valencianas sufren una deuda que por sí mismas no pueden pagar y que, según el acuerdo de financiación del 2005, debería pagar la Generalitat. La deuda asciende a unos 891 millones. Pero evidentemente, la Generalitat no está por la labor. La situación no es muy buena según afirmaron ayer los rectores en Universia, en Valencia, donde se exigió resolver este problema de financiación. Según se afirmó ayer, las universidades valencianas están al borde del colapso económico. Es "cuestión de semanas". La Generalitat ha propuesto realizar un pago fraccionado de la deuda hasta 2023, pero el rector de la Universidad de Castellón exigió garantías en cuanto a la "liquidez y asegurar los recursos de futuro".
No es que Camps no se preocupe por las universidades. Recordemos que hace un tiempo le concedió la licencia para una facultad de Medicina a la Universidad Católica de Valencia (privada), a pesar de no estar homologado por el Ministerio de Educación. El problema es que hay cosas a Camps que no le interesan.
Porque para los grandes eventos se gasta "lo que haga falta" (aún no sabemos lo que costó la visita del Papa), si las obras cuestan más se gasta (obras de Fórmula 1, reparaciones del Palau de les Arts tras la inundación sufrida) se pide más dinero al Gobierno central y que amplíe la deuda de la Comunitat, si los servicios públicos generan demasiado gasto se privatizan... Pero si el dinero se necesita para salvar de la bancarrota a las universidades públicas valencianas (por poner un ejemplo de algo que no interesa a la Generalitat), entonces no hay dinero. Y la culpa es de Zapatero por no regalar el dinero de todos los españoles para los caprichitos del presidente valenciano. Quien piense lo contrario, es un antivalenciano y un catalanista. Y el día de mañana, nuestros hijos estudiarán en (carísimas) universidades de curas.