Televisión valenciana

Ayer, en el programa Sé lo que hicisteis..., Ángel Martín volvió a recordarnos a los valencianos y valencianas, a propósito del programa de Canal 9 Gent de Tàrrega, que esa televisión la pagamos todos.

Y es que el problema de Canal 9 no es sólo la manipulación de sus programas de pseudodebates e informativos, recogida recientemente en una pequeña muestra en el diario Público. Otro de los graves problemas de Canal 9 es su manifiesta falta de calidad en la programación. Y lo poco que pueda tener algo de calidad es arrinconado en el segundo canal autonómico (Punt Dos) o directamente eliminado.

Se presume de profesionales, pero si realmente Canal 9 está llena de profesionales, no quiero imaginar cómo serán los peores. Pero Camps está muy contento con su tele (normal, es omnipotente en ella). Y por cierto, en su Informe Anual por la Libertad de Prensa, Reporteros Sin Fronteras ha calificado como una "asunto muy grave contra las libertades" el cierre del repetidor de TV3 en La Carrasqueta (Alicante) y la multa de 300.000 euros impuesta a Acció Cultural del País Valencià por las emisiones de TV3 en la Comunidad Valenciana. Pero Camps seguirá diciendo que en la Comunidad Valenciana existe el pluralismo.

Para finalizar, reproduzco una columna escrita por César Campoy en Levante-EMV sobre la televisión valenciana:

¿No se aburren?

En Liechtenstein no existe una liga de fútbol como la conocemos en España. El país es tan pequeño y los equipos tan escasos, que la mayoría de ellos juega en la competición suiza. Eso sí, existe el llamado Campeonato de Copa, que se disputa todos los años. El FC Vaduz lo ha ganado, nada más y nada menos, que en 36 ocasiones. Es más, en el periodo de tiempo que va desde 1995 hasta 2007, tan sólo una vez (en 1997) la preciada copa no fue a parar a sus vitrinas. El gato al agua se lo llevó, ese año, el FC Balzers. Qué aburrimiento, ¿no? ¿Se imaginan ser un aficionado al fútbol en aquel pequeño país? El hastío debe de ser el sentimiento más extendido, no sólo en los ambientes en los que se mueven los rivales del FC Vaduz, sino, seguramente, en los seguidores de tan aguerrida y laureada escuadra. ¡Hala!, otro título más a la butxaca. Y los hinchas del equipo en cuestión, año tras año, cada vez con menos pasión, gritando aquello de: "Esta Copeta, pa' la Heiligen Mutter" (así llaman ellos a la Mare de Déu). Qué hartazgo, ¿no? ¿No creen que en la variedad reside la alegría de la vida? Pues eso mismo pensamos muchos que seguimos asistiendo, día tras día, semana tras semana, al monótono espectáculo en que se han convertido las tertulias y debates de Canal 9. Todo es Vaduz. De vez en cuando, aparece un Balzers, pero apenas le dejan levantar la cabeza. En cuanto la asoma, ¡a por él, trotskista! Se supone que, entre La tertúlia del Bon dia, CV y el Parlem clar, poco más de una veintena de profesionales de la información se dejan caer para analizar la actualidad cada semana. ¿Balzers? Un par como mucho. El concepto variedad sólo puede ser utilizado, en este caso, para tratar de valorar el grado de vehemencia con que se ridiculiza al actual presidente del Gobierno de España y los suyos. Desde TVV se ha dicho que ya quisieran muchas cadenas disfrutar de una nómina de analistas tan afamados. Es posible. El problema reside en que lo criticable no es tanto el currículo de los contertulios, como el escaso equilibrio de las ideologías planteadas. Y en cuanto a la objetividad y pluralidad de los temas a tratar, pues tres cuartos de lo mismo (no puedes llamar a algo debate cuando no planteas nada a debatir). Además, y por si esto fuera poco, ignoramos cuál es el porcentaje de ayuda arbitral con el que cuenta el Vaduz, pero, lo que es aquí, los jueces de la contienda, de imparcialidad, andan escasos. Con el corazón en la mano, señores responsables del cotarro: ¿de verdad no se aburren? Porque el televidente, teniendo en cuenta las cifras de audiencia, parece que sí.