Neutralidad y conspiraciones

Recientemente, hablando sobre política con unos amigos de derechas, uno de ellos comentó que el documental emitido por Cuatro titulado ¿Quién se bebe el Ebro? Le pareció demasiado "socialista" (no en vano se emitía en una cadena pro socialista). Él decía que un documental debía ser neutral y éste no lo era. En cambio, el documental emitido por la misma cadena titulado Colapso judicial sí que le pareció neutral. Y lo mismo pasaba con los reportajes de Jon Sistiaga. Papi, cómprame un kalashnikov no lo pareció neutral, cosa que sí le pareció Amarás al líder sobre todas las cosas, documental centrado en la dictadura de Corea del Norte. Y ahí está la clave. Para los fanáticos de una ideología algo sólo es neutral si coincide con su valoración. Es decir, para esta gente sólo era neutral un documental que mostraba la vergüenza de Justicia que tenemos en España u otro que criticaba una dictadura supuestamente de izquierdas; pero no lo son documentales sobre el tema del agua (y eso que en aquél hablaron todos) o sobre la venta de armas en Estados Unidos.

También volvió a salir el tema de la conspiranioa, eso de que Zapatero ganó por accidente en 2004 (algo que no se estaría discutiendo si hubiera ganado Rajoy). Pero los culpables de difundir estas barbaridades son periódicos como El Mundo y partidos como el PP. Recientemente leí en un blog que la explosión de hace un año en la subestación de Patraix pudo ser un montaje urdido por Rita Barberá e Iberdrola para que ésta pudiese ganar nuevamente en el barrio. Evidentemente esto es falso. Pero, ¿qué hubiera pasado si los periódicos de izquierdas y el PSOE inventasen y defendiesen una teoría parecida para justificar sus derrotas electorales?

Dejemos de perdonar a la derecha con los votos lo que JAMÁS perdonaríamos a la izquierda.