Una de las críticas que los cristianos occidentales vierten contra tipos como Ahmadineyad, presidente de Irán, es que ha mezclado política y religión. Pero, ¿tan diferente es la situación en nuestros países?
Es cierto que no hay cargos eclesiásticos ocupando puestos políticos, pero últimamente se han pronunciado contra todo aquello que proponía el Gobierno socialista de Zapatero. Los hemos visto protestar contra el matrimonio homosexual, contra la Educación Para la Ciudadanía, contra la negociación con ETA, contra la Memoria Histórica, defendiendo como una "obligación moral" a defensa de la unidad de España, defendiendo a los partidos de ultraderecha... Vamos, parecía que ellos también tuviesen un candidato para las próximas elecciones. Y, es que, ni se molestan en disimular e incluso algunos hacen campaña a favor de algún partido (preferentemente de derechas).
Y como siempre, pongo ejemplos de hechos ocurridos en la Comunidad Valenciana, pero seguro que hay más en el resto de España:
-El 20 de noviembre según la Iglesia: Enrique Arce, párroco de la Iglesia de los Santos Juanes de Meliana, pidió en una misa celebrada el pasado día 20 de noviembre, una oración por Franco y por Primo de Rivera, algo que ha denunciado la Associació Cultural Valencianista Casal de Debat Els Quatre Gats. Da la casualidad de que no es la primera vez que este párroco confunde su púlpito con una tribuna política. Él se defiende diciendo que se pidió "un rezo en recuerdo a ambos dentro de la misa y ya está". El Arzobispado de Valencia, mientras tanto, ha callado. Ya se sabe que quien calla otorga.
-García-Gasco y Camps de la manita: La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, quiso homenajear en el Vaticano a los nuevos cardenales españoles nombrados por Benedicto XVI. Sin embargo, algunos populares, apoyados por la jerarquía católica, han aprovechado la mano tendida por De la Vega para lanzar un ataque al Gobierno. El protagonista del último ataque ha sido el presidente de la Comunidad Valenciana, Francisco Camps, quien criticó al Ejecutivo por la colocación de las sillas destinadas a los españoles en la basílica de San Pedro.
El nuevo cardenal y arzobispo de Valencia, Agustín García-Gasco, mostró en un principio su apoyo a Camps, y según Las Provincias había manifestado "antes a su entorno más próximo su malestar por la situación vivida por la expedición valenciana".
Esta actitud de García-Gasco, quien durante la visita al Vaticano rechazó la mano que tendía a la Iglesia María Teresa Fernández de la Vega, no significa necesariamente ni que apoye ni que desapruebe a Camps, tal y como indicaron fuentes cercanas al nuevo cardenal. La que no se ha desmarcado ni mucho menos de Camps ha sido la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, quien ha mostrado su apoyo al presidente de la Comunidad Valenciana.
El embajador de España en el Vaticano, Francisco Vázquez, considera que Camps se ha comportado de forma "poco ejemplar", y criticó el que el presidente valenciano no acudiese a la cena organizada por María Teresa Fernández de la Vega.
Quizá Camps empiece ahora a cobrarse los beneficios que está dando al Arzobispado de Valencia.
domingo, 2 de diciembre de 2007
Política y religión: juntas y revueltas
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2 comentarios:
Ya comenté al respecto. Estoy completamente de acuerdo contigo.
A ver si somos más los que nos vayamos dando cuenta.
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