Hipocresía navideña

Berlanga es de los pocos genios del cine del que se puede decir que todas sus películas son obras de arte.

No había visto la película Plácido hasta hace unas horas, gracias al programa Versión española de La 2.
La película está ambientada en la noche de Nochebuena en una ciudad de provincia en la que lleva a cabo la campaña Ponga un pobre en su mesa para que los ricos comparten su cena durante esa noche con los pobres. Y mientras tanto, Plácido, el dueño de un motocarro contratado para el desfile, se las ve y se las desea para pagar una mísera letra que debe de su vehículo.

Todo lo que vemos es falsa caridad e hipocresía fruto de nuestra mentalidad buenista por estas fechas. Llega el período navideño, la época en la que nació Nuestro Señor (falso, pues no nació en diciembre, sino que esta fecha se adaptó y adoptó para que el calendario cristiano se adaptará a las festividades paganas) y tenemos que limpiar nuestras conciencias. Como si el resto del año no tuviéramos esa obligación. Parece que queremos que en estas fechas nada perturbe nuestra "felicidad" y la de los nuestros.

No puedo destacar ninguna escena, ningún diálogo de la película. Toda ella es destacable. Me temo que será una de esas películas que volveré a ver para captar todos sus matices. Pero destaco su última frase del villancico final: "Porque en esta Tierra no hay caridad, nunca la ha habido y nunca la habrá".