viernes, 18 de marzo de 2011

Hospital Nuevo La Fe: caos y desastre

Cuando algo se inaugura rápidamente aprovechando unas elecciones, acaba saliendo todo mal. Lo podemos comprobar cada cuatro años. En Valencia, este año tenemos dos ejemplos palmarios: la estación PROVISIONAL del AVE y el Nuevo Hospital La Fe. Me voy a centrar en el segundo porque lo conozco más.
Para empezar, no entiendo el porqué del traslado del hospital La Fe a un edificio nuevo. Más si tenemos en cuenta que el nuevo hospital se encuentra en un extremo de la ciudad, mientras el antiguo se encontraba en el centro. Lo lógico hubiera sido dejar el que ya había y, si tanto le interesaba a Rita Barberá un nuevo hospital, construir el nuevo.
El traslado ha sido un caos absoluto, llegando a producirse incluso robos de material. Los hosteleros de la zona también han protestado. Sin hospital, los bares y restaurantes de la zona, así como otros negocios tales como floristerías, pierden una parte importante de su clientela.
En el nuevo hospital (que todavía está en obras en algunos de sus pabellones) las cosas no van mejor. De algunos problemas, tales como la falta de más transporte público que lo conecte con la ciudad o la desaparición del Hospital Infantil ya he hablado. Pero hay otros. Por ejemplo, el hecho de que el hospital esté situado en unza zona descampada (en obras) y que haya pabellones aún en obras, no inspira confianza. Y con razón. Algunos trabajadores han avistado por los pasillo cucarachas e, incluso, ratas. ¿Hechos aislados? Que una sola cucaracha o una sola rata se pasee por los pasillos de un hospital no dice nada bueno.
Recientemente, incluso, se ha sabido que en el párking del hospital trabajan presos. Así, además, se ahorran la pasta de contratar a nuevos empleados.
Eso sí, la culpa siempre será de Zapatero. Preguntádselo a Rita Barberá.

2 comentarios:

Joyce dijo...

Así funcionan las cosas... lo triste es que cada vez impacta menos, a base de costumbre...

Kurtz dijo...

Ahí está el verdadero peligro, en el conformismo de la gente, no en las políticas que lleven a cabo los gobernantes.