jueves, 10 de marzo de 2011

¿Con quién estoy realmente enfadado?

Hay gente que me ha preguntado si realmente estoy tan enfadado con los políticos. La tentación es responderles que sí. Al fin y al cabo, tenía ciertos ideales que he visto traicionados. Pero realmente no es así, no estoy tan enfadado con los políticos.
Los políticos son, como cualquier otro colectivo, profesional o no (en realidad, como cualquier persona), capaces de lo mejor y de lo peor. Hay políticos honrados (son pocos) y políticos ladrones, mentirosos y criminales de toda calaña (éstos son legión). No cabe enfadarse por sus actitudes, aunque acaben traicionando los ideales que decían representar.
Con quién realmente hay que enfadarse es con la sociedad en general, con los ciudadanos de a pie. No somos (me incluyo, evidentemente) capaces de movilizarnos convincentemente. No buscamos alternativas. No somos capaces de librarnos de la escoria que nos gobierna. Después, con lloriquear nuestras penas, cruzarnos de brazos, quejarnos diciendo que todos son iguales y dejando de votar creemos que hemos hecho algo. Pero no hemos hecho nada. Ellos siguen ahí. Y mientras sigamos con estas actitudes, ellos seguirán ahí.
Realmente no asumimos el papel que tenemos. No asumimos que somos nosotros los que tenemos el poder. Nosotros somos los jefes de nuestros gobernantes. Y el deber de un jefe es expulsar de sus puestos a sus subalternos cuando no hacen las tareas convenientemente. Asumamos nuestro deber como jefes y librémonos de la escoria corrupta que dice representarnos.

2 comentarios:

Saida dijo...

Estoy totalmente de acuerdo. Me ha encantado tu razonamiento. Un saludo!

Kurtz dijo...

Me alegro de que te haya gustado.
;)
Un saludo.