sábado, 3 de octubre de 2009

Juan Cotino: la bajeza moral del Gobierno valenciano

Dentro de la bajeza moral del Gobierno valenciano (por la mañana misa y por la tarde joder al prójimo), Juan Cotino es uno de los máximos exponentes.
Se podría hablar de los negocios en que a salido beneficiado su sobrino gracias a la constructora Sedesa (empresa vinculada recientemente a la trama valenciana de Gürtel), de sus negocios en energías renovables, privatización de las ITVs, PAIs o la privatización de residencias geriátricas (20 de 52 pertenecen a la familia Cotino).
Pero no voy a hablar de sus negocietes (o negociazos) de los que quizá hablé otro día, sino de su relación con lo sucedido tras el accidente de metro del 3 de julio de 2006. Actualmente, Juan Cotino es conseller de De Agua Medio Ambiente, Urbanismo y Vivienda, en sustitución del fallecido José Ramón García Antón (que el día del accidente, y hasta 2007, era conseller de Infraestructuras y Transportes). En la época en la que se produjo el accidente del metro, Cotino era conseller de Agricultura, Pesca y Alimentación. Sin embargo, su pasado como director general de la Policía en 1996 lo convirtió en una especie de "enlace" (lo entrecomillo por razones que se entenderán a continuación) entre el Gobierno valenciano y las víctimas del metro.
La premisa del Gobierno valenciano fue, y es, dar a las víctimas todo lo que pidan (lástima que ellos pidan lo único que el Gobierno valenciano no puede darles: Justicia, respuestas y dignidad). Por eso, en los días posteriores al accidente, Cotino se pasó por muchos tanatorios donde se velaban a los fallecidos (aunque nunca pasó del recibidor) para dejar su tarjeta y que las víctimas pudieran contactar con él para lo que quisieran.
En realidad, se intentó presionar a las víctimas para que callaran. Algunos callaron y recibieron (lo cual, no creo que sea reprochable; al fin y al cabo, nadie, ni siquiera los que salen cada mes en busca de respuestas, quiere rememorar ese dolor).
La presión y preocupación del Gobierno valenciano llegó a tal extremo que, en una ocasión en que un grupo de familiares plantearon presentar una querella contra el Gobierno valenciano por su responsabilidad en el accidente, Juan Cotino se volvió a poner en marcha para intentar sobornar a muchos familiares con todo lo que quisieran para que no se unieran a dicha demanda (dinero, puesto en cualquier empresa pública o privada de la Comunidad Valenciana...).
Esto, sin duda, demuestra la bajeza moral de un Gobierno y sus componentes, que prefieren sobornar y acallar, cueste lo que cueste, que hacer las cosas bien, con sentido común y responsabilidad.

5 comentarios:

Jove Kovic dijo...

Desgraciadamente, no es éste el único caso de presiones infames que se ha dado en la política española. Aquí, en Cataluña, hemos conocido varios y en todos ellos se aprecia la misma bajeza, parece que sólo una revolución podría acabar con estas cosas pero, probablemente, sólo para empezar otras.
Salud!

Benet dijo...

La catadura moral de los políticos es directamente proporcional a la catadura moral de sus votantes. La mayoría de la humanidad es así de inmoral y de mentecata.

Kurtz dijo...

Jove Kovic: es lo malo que tiene mezclar desgracias y muertos con política. Y en este país lo politizamos todo.
Salud.

Benet: y eso es realmente preocupante.

Mayson dijo...

Dicen que todas las personas tienen un precio... Está claro que, algunos miembros del PP, que tienen el poder y los €, practican ese dicho.

No me parece correcto que los familiares de las víctimas se vendan como vulgares generales de Viriato.

Execrable es, a todas luces, que se juegue de esa manera tan sucia!!

Kurtz dijo...

Es realmente lamentable que desde un Gobierno se practique la política de la compra-venta de gente (y no olvidemos que, con el dinero de todos).