Este fin de semana, la conmoción se instalaba en Noruega después de que un fanático llevara a cabo dos atentados: un coche bomba en el distrito gubernamental de Oslo y una masacre en la isla de Utoya, donde las juventudes del Partido Laborista de Noruega (en el Gobierno del país) celebraban un campamento de verano. Entre ambas acciones, han perdido la vida 93 personas, 85 de ellas en el tiroteo de la isla.
Antes de continuar, un pequeño paréntesis para comentar el tratamiento informativo de la tragedia que se ha hecho en España. Y es que, una vez más, la prensa de la derecha ha demostrado que no ha aprendido la lección del 11 de marzo de 2004. Por otro lado, mientras algunos critican que se "oculte" de la biografía del asesino que era masón (cosa anecdótica en su biografía, teniendo en cuenta las ideas que lo han llevado a matar), esos mismos críticos ocultan precisamente las ideas que le impulsaron a matar, y su afiliación a un partido de ultraderecha (y por cierto, una vez más, vomitivos los comentarios de los lectores de Libertad Digital). Pero bueno, ya conocemos la prensa de este país. No se puede pedir peras al olmo.
Con respecto a la matanza es curioso que se haya producido en Noruega. Solemos ver con una mezcla de idealismo y envidia a los países nórdicos. Aunque leyendo las novelas de literatura negra que llegan de esos países (Islandia, Noruega, Suecia...) podríamos pensar que esos escritores y escritoras están alejados de la realidad idílica de esos países. Pero este fin de semana, una de esas novelas se ha hecho realidad.
Desgraciadamente, la ultraderecha está alcanzando mucho poder en estos países y en Europa del Este. Es un dato preocupante y a tener en cuenta. La crisis atrae a la población a ese mensaje populista y demagogo que explota el racismo y la xenofobia. Hay que echarle la culpa a alguien, y el débil siempre llevará las de perder. En España también estamos viviendo este fenómeno del ascenso de la ultraderecha. No hay más que ver el protagonismo que tienen partidos racistas y de ultraderecha, sobre todo en Cataluña y la Comunidad Valenciana.
El asesino de Noruega publicó un manifiesto. En él, nombraba varias veces a España. Acusaba a Zapatero de llegar al Gobierno gracias a los atentados de Madrid y lo acusaba de rendirse a los terroristas. También criticaba que hubiese nombrado a Chacón como ministra de Defensa, estando ella embarazada. También habla de la fragmentación de la ultraderecha española, de la blandura de PP y de posibles objetivos terroristas en España y otros países europeos. Quitando lo de alentar el terrorismo (o quizá no), ¿a nadie le suena el discurso? Casi podía ser el de un contertulio cualquiera de Intereconomía. Que nadie se equivoque, si en España no hemos tenido matanzas de estas características es porque no existe un acceso fácil a las armas. Durante la primera etapa de la Transición española, la ultraderecha campó y asesinó a sus anchas. Ahora sigue haciéndolo, aunque más discretamente, pues sus actos terroristas no dan votos.
Lo de Noruega ha sido un acto terrorista con un marcado carácter político. no hay duda. Fanático religioso y político, una combinación muy peligrosa. Debemos empezar a poner nuestras barbas a remojar. La democracia y la libertad se nos va en ello.
lunes, 25 de julio de 2011
La masacre de Noruega
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4 comentarios:
La prensa facha ha quedado retratada de mala manera, algo que, por otra parte, no alivia el dolor por las víctimas.
Ni en circunstancias como ésta, la derecha mediática demuestra tener algo de sentido común.
No hacía falta meterse en Libertad(?) Digital. Los foreros de www.elmundo.es dieron mucho asco esa noche, y los días siguientes los que habían quedado en ridiculo seguían erre que erre, alcanzado nuevas cotas de patetismo y de mala fé. No saben de lo que hablan, pero vaya si hablan...
Es que yo ya tengo bastante con los lectores de "Libertad Digital" como para encima andar leyendo "El Mundo".
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