Poco a poco ya se van sabiendo los detalles de la tensa jornada que llevó a la dimisión de Camps y que provoco que volará más de un cuchillo.
El plan, al parecer, pasaba por que los cuatro imputados en el caso de los trajes, del caso Gürtel, Rafael Betoret, Víctor Campos, Ricardo Costa y Francisco Camps, admitieran su culpabilidad. De esa forma, sólo tendrían que pagar la fianza y no tendrían que ir a juicio. Pero la venganza es un plato que se sirve frío, y esta vez fue el turno de Ricardo Costa, quien decidió cobrarse la venganza por la humillación pasada de haberse convertido en el único chivo expiatorio del caso. Así pues, los dos primeros sí admitieron su culpabilidad. Pero Costa se resistía a hacerlo. No se fiaba de Camps y quería hacerlo al mismo tiempo de Camps. Al final, Camps se vio obligado a dimitir, debido a una llamada recibida desde la sede nacional del PP. Según parece, si se declaraba culpable no tendría el apoyo de Rajoy (a estas alturas).
Quien debe estar decepcionado es, sin duda, Federico Trillo, coordinador de Justicia del PP (me entra la risa cada vez que tengo que juntar las palabras "Justicia" y "PP"). Muchos dicen que "se mudó a Valencia" para que los acusados evitasen el banquillo. Parece que, desde luego, no lo ha logrado. Lo que sí está claro es que Trillo fue enviado por Rajoy a Valencia, para actuar como intermediario (aunque este punto lo niega Trillo).
Eso sí, en el PP siguen cargando contra el PSOE y viendo conspiraciones de Rubalcaba por todas partes. Esteban González Pons ya le ha aconsejado que dimita. Otros, como Juan Cotino, nos iluminan con sus visiones preclaras. Como decía el chiste, Zapatero y los suyos son unos pésimos gestores, pero diseñando cosnpiraciones no tienen precio. Eso deben pensar en el PP.
El sustituto de Camps, tanto en la Generalitat como en el partido será Alberto Fabra (que no tiene nada que ver con Carlos Fabra), actual alcalde de Castellón. Esto ha molestado a mucha gente dentro del partido. Para empezar, Camps, ya completamente debilitado, no pudo imponer su modelo de sucesión. Primero habló de Paula Sánchez de León, después de Esteban González Pons. La opción preferida de Rajoy era Rita Barberá, pero ésta no se dejó convencer. Finalmente, la elección recayó sobre Alberto Fabra, una elección impuesta por al dirección nacional. Alfonso Rus tampoco se ha mostrado contento. Es más, se ha sentido ninguneado, puesto que se enteró del ascenso de Fabra por la prensa.
Seguramente, próximamente tocará hablar de Alberto Fabra. De momento, me quedo con esta fotografía tomada en 2005.
La foto pertenece a la fiesta de ascenso del Castellón a Segunda B en 2005. Detrás de Alberto Fabra se ve a El Bigotes. Aquella fiesta la organizó Orange Market por un precio de 55.796 euros, por la colocación de una pantalla gigante y un cañón de confeti.
5 comentarios:
Excelente noticia para los de Orange Market que hayan logrado rehacer su vida profesional - con nombres falsos, imagino-.
Salut i República!
Las bufandas
del Castellón
son feas
del copón.
Te recuerdo que la foto es del 2005, anterior al momento en que estalló el caso Gürtel. De hecho, ahora El Bigotes debería llamarse El Barbas.
No dices nada de mi bello poema bufandil.
Es que, como he dicho en el post que le he dedicado hoy a la película "Amanece, que no es poco" (http://kurtzpensamientos.blogspot.com/2011/07/amanece-que-no-es-poco.html), ante las obras maestras me quedo mudo.
Pero te doy la razón con respecto a las bufandas.
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