Nueva entrevista, en esta ocasión a Samuel Garrido, candidato al ayuntamiento de Valencia por España 2000:
Kurtz: ¿Qué puede ofrecer España 2000 que no ofrezcan el resto de partidos?
Samuel Garrido: Claridad y alternativa al centro-derecha y al centro-izquierda. Programa basado en tres puntos: lucha contra la inmigración masiva por la repatriación de los excedentes de inmigración para restablecer la normalidad del mercado de trabajo, lucha contra la corrupción generalizada y realización de auditorías en todos los ayuntamientos, lucha contra la crisis económica y la globalización en defensa de los derechos sociales de nuestra gente y del mantenimiento del Estado del bienestar. Además llamamos la atención sobre la necesaria regeneración de los ayuntamientos y el reconocimiento del fracaso del Estado de las Autonomías, condiciones previas para generar un nuevo marco político en España lo que, a fin de cuentas, es el problema de fondo.
Kurtz: Recientemente, España 2000 ha tenido “encontronazos” con asociaciones vecinales y con vecinos de barrios donde han organizado manifestaciones, como El Cabanyal o Benimaclet. ¿No puede eso perjudicar las aspiraciones del partido?
Samuel Garrido: Realmente no. Negamos que esas asociaciones representen algo más que a unos pocos vecinos habitualmente militantes de izquierda y de extrema izquierda. Desde hace años la sociedad civil valenciana está en crisis y el movimiento vecinal que en otro tiempo fue algo, hoy es un despojo. Por otra parte, nuestros “encontronazos” se deben a que estas asociaciones están controladas por residuos “antifascistas” que no tienen claro quién es su enemigo y nos sitúan como una especie de apéndice del PP, algo que cualquier persona con dos dedos de frente sabe que es rematadamente falso. Pero, por su hubiera alguna duda, te diré que nuestro adversario principal es el centro-derecha y el centro-izquierda, los dos pilares sobre los que se mantiene el sistema político español.
Kurtz: ¿Cuáles piensa que son los problemas actuales de Valencia?
Samuel Garrido: Los problemas valencianos no son radicalmente diferentes a los de otras autonomías, especialmente de las mediterráneas: exceso de inmigración, corrupción generalizada y unas cifras de paro insostenibles. A esto se une la brecha abierta entre la clase política, la “Valencia oficial” y la población, la “Valencia real” con la sensación generalizada de que la clase política no cuenta con la confianza de la población para solucionar sus problemas. A esto se unen problemas secundarios como el desastre educativo, los intentos de intromisión de la Generalitat de Catalunya en los asuntos valencianos y en la definición de la personalidad valenciana y, finalmente, el deterioro de algunos servicios públicos, especialmente de la sanidad.
Kurtz: ¿Qué soluciones propondría a esos problemas?
Samuel Garrido: En primer lugar urge la renovación de la clase política y la actualización de los equilibrios de poder que se han dado desde 1979. Para ello hace falta que el electorado dé entrada en las instituciones a ideas nuevas y sangre nueva. El segundo lugar urge reformar la ley electoral (tanto nacional como autonómica) para que puedan presentarse listas abiertas y desbloqueadas, y se dé entrada en los parlamentos nacional y autonómico a la representación proporcional directa eliminando la adulteración de los resultados que supone la Ley d’Hont. En general se trata de aumentar la inversión pública para estimular la creación de puestos de trabajo, mejorar las insfraestructuras y la calidad de los servicios públicos. Finalmente, en lo que respecta a la intromisión de la Generalitat basta con afirmar que Valencia tiene una personalidad regional diferenciada de Catalunya y no es ni puede ser considerada como una parte de los inexistentes “Països Catalans”.
Kurtz: Voy a nombrar una serie de problemas o temas polémicos y me gustaría que me dijera que soluciones concretas plantearía usted:
Samuel Garrido: Cuarenta y tres muertos no es como para tomárselo a broma. El accidente demostró que la inauguración de una línea de metro es un hito para nuestra ciudad… pero que debe procederse continuamente a una mejora de la seguridad, las instalaciones y los equipamientos. Cuando tuvo lugar el accidente el sistema de seguridad de Frenado Automático tenía 18 años de antigüedad, excesivos para un servicio público masivo y en esa misma curva donde tuvo lugar el accidente ya se habían producido problemas anteriormente. Así pues, existieron responsabilidades técnicas que deben ser dirimidas en los juzgados (que solamente fueron capaces de establecer el error humano del conductor), pero también responsabilidades políticas (se debió invertir en seguridad) que debieron ser dirimidas en el Parlament. Sin embargo, el PSOE pidió la creación de una comisión de investigación simplemente para torpedear al PP y éste se negó a abrirla. Fue un nuevo caso en el que la lucha entre el centro-izquierda y el centro-derecha y los intereses de cada una de las partes privan sobre el interés general. Hoy todavía una comisión de investigación sobre este y sobre otros muchos casos sigue siendo necesaria.
Kurtz: La corrupción política, urbanística, etc...
Samuel Garrido: De la misma forma que durante la Restauración el caciquismo era la principal característica del sistema político español y en su época nunca nadie tuvo el valor de reconocerlo, hoy la corrupción es el cáncer generalizado del sistema, pero los medios de comunicación y los partidos políticos siguen sosteniendo contra el criterio generalmente admitido en la sociedad española que ve en la corrupción el elemento más característico del momento actual. Nosotros consideramos que cualquier delito de corrupción es más grave que el de cualquier otra naturaleza porque se trata de un delito contra TODA la sociedad y por tanto la justicia debe de actuar con el máximo de dureza siendo equiparable a un delito de alta traición. Ese tipo de delitos no pueden prescribir y la puesta en libertad del preso debe de realizarse solamente tras la restitución del dinero robado.
Kurtz: El conflicto del Cabanyal...
Samuel Garrido: Estamos de acuerdo en la ampliación de la Avenida Blasco Ibáñez e incluso nos hemos manifestado en la calle en esa dirección, ahora bien, en donde nuestra postura difiere de la del Partido Popular y del ayuntamiento de Valencia es en evitar que esta prolongación se convierta en el escenario de una nueva operación especulativa de altos vuelos. Por otra parte, algunas zonas del barrio se han visto sometidas a un abandono y una degradación y las autoridades han permitido que aparecieran fenómenos de marginalidad, tráfico de drogas y coto privado de la delincuencia: está claro porqué el ayuntamiento ha permitido esta degradación, para que el valor de los inmuebles expropiados descendiera y las ganancias especulativas aumentaran.
Kurtz: La Sanidad pública...
Samuel Garrido: La llegada masiva de inmigración ha generado una saturación de los servicios públicos, especialmente de la sanidad. Es falso lo que se viene diciendo de que los inmigrantes consumen menos sanidad que los españoles, el hecho de que se diga esto y acto seguido se reconozca que la natalidad es tres veces más alta entre la inmigración que entre nuestra gente, indica hasta qué punto las autoridades falsean la realidad. Teníamos una sanidad adaptada a 38.000.000 de habitantes y en apenas 12 años ha ingresado 7.000.000 de inmigrantes de los que 1.000.000 ya ha obtenido la naturalización como “españoles”. Las inversiones en esta materia no han estado a la altura de la situación y se han producido saturación de servicios, dilatación de tiempos de espera y degradación de los servicios. Parte de los problemas de la sanidad desaparecerían con la repatriación de los excedentes de inmigración, pero sería necesario aumentar las inversiones en este sector teniendo en cuenta que la sanidad no puede depender de las comunidades autónomas. Por lo tanto, se trata de que éstas devuelvan las transferencias sanitarias al Estado para que se pueda garantizar la igualdad de tratamiento de todos los españoles en materia sanitaria.
Kurtz: La Educación pública...
Samuel Garrido: Al igual que en sanidad, también las autonomías deben devolver las transferencias en materia de educación al aparato del Estado. Se trata de un servicio público básico que no puede estar fragmentado en 17 parcelas en las cada poder autonómico imponga orientaciones diferentes. A un mismo Estado corresponde una misma educación. Por lo demás, la afluencia masiva de inmigrantes ha generado el deterioro innegable de los servicios educativos al acoger en las aulas a alumnos procedentes de culturas y horizontes antropológicos muy diversos que no valoran de la misma manera la educación y la enseñanza. A partir de los años 70 se impusieron criterios “progresistas” en la educación que han tenido como consecuencia el desmantelamiento de nuestro sistema de educación pública y el hecho de que hoy estemos a la cola de Europa en la materia. Se trata de restablecer los valores de autoridad, orden, esfuerzo, sacrificio, disciplina si lo que queremos es que las aulas dejen de ser una forma de almacenaje de los hijos mientras los padres están en el trabajo o buscando trabajo.
Kurtz: El caso concreto de la subestación de Patraix.
Samuel Garrido: La existencia de subestaciones de ese tipo dentro de cascos urbanos es demasiado peligrosa y se han producido demasiados accidentes como para que no se traslade a zonas alejadas de las grandes concentraciones de población. En este tipo de instalaciones se utilizan gases aislantes altamente tóxicos. Desde la explosión que se produjo hace cuatro años resulta evidente que nadie puede vivir tranquilo cerca de la subestación. Recientemente se ha producido un aumento desmesurado en las tarifas hidroeléctricas (cuando estas empresas ganan miles millones al año) que no tiene como contrapartida una mejora de los servicios: exigimos a Iberdrola que reubique la subestación a una zona inocua para la población.
Kurtz: Recientemente se creó el servicio de Valenbisi. ¿Cree que es suficiente o presenta deficiencias?
Samuel Garrido: Es un servicio interesante que debe ser estimulado. Como siempre hay algunas sombras: el servicio existe pero no tiene utilización excesiva, para colmo existen pocos carriles bici y, por si esto fuera poco, el exceso de contaminación que tiene la ciudad de Valencia hace que los ciclistas deban pedalear en medio de nubes de gases emitidos por los tubos de escape. Valencia es una ciudad de tamaño medio en donde este servicio debe ser estimulado, extendido y popularizado hasta niveles de utilización muy superiores a los que tiene el servicio en la actualidad.
Kurtz: ¿Qué opinión tiene respecto a la política de Grandes Eventos?
Las ciudades modernas tienden a ampliarse en función de “grandes eventos”, pero no siempre el esfuerzo realizado está a la altura de los resultados obtenidos. Por otra parte, es importante definir antes el modelo de ciudad que se pretende construir. Nosotros no somos muy partidarios de convertir a las ciudades en “marcas” que, habitualmente se convierten en excesivamente gravosas para sus habitantes. Queremos ciudades habitables de dimensión humana y no estamos muy seguros de que la política de “grandes eventos” sea nada más que relumbrón y fuegos artificiales en los que los esfuerzos realizados no se corresponden con los resultados obtenidos.
Kurtz: Hablando de Grandes Eventos, ¿sería bueno trasladar el Gran Premio de Valencia a Cheste?
Samuel Garrido: Mientras persista la actual crisis económica y las restricciones presupuestarias no parece muy oportuno cambiar el circuito de la Fórmula 1 a Cheste, en primer lugar porque sería necesario realizar modificaciones en aquel cirtuito que, en la actualidad, rebasan las posibilidades del municipio.
Kurtz: Con respecto al tema de los trasvases de agua, ¿son positivos o es mejor apostar por las desaladoras?
Samuel Garrido: La política de España 2000 en materia de trasvases es “agua para todos”. Estamos a favor de aprovechar las aguas fluviales al máximo. No somos partidarios de las desaladoras que producen agua de mala calidad especialmente para la agricultura y para el consumo humano a precios prohibitivos. Apostamos en concreto por el trasvase del Ebro.
Kurtz: ¿Qué opina de utilizar recursos públicos para actos de partido?
Samuel Garrido: Los partidos políticos (como los sindicatos o las ONGs) sin entidades de derecho privado que ni pueden subvencionarse ni subsidiarse con dinero público.
Kurtz: ¿Qué opina de la cantidad de empresas y fundaciones públicas; hay que reducirlas o mantenerlas?
Samuel Garrido: Reducirlas hasta el límite imprescindible. Frecuentemente este tipo de empresas ni son rentables, ni realizan una función social, son tan sólo una excusa para la práctica del nepotismo y un nuevo frente de corruptelas.
Kurtz: ¿Qué opinión le merece la manipulación informativa en las televisiones públicas?
Samuel Garrido: Es lo normal… ¿Conoce alguna TV que no manipule? Las televisiones públicas, deberían desaparecer o bien servir solamente informaciones de interés público y programación de carácter cultural y ser asépticas por completo en cuanto a su orientación política. En general, sostenemos que los partidos políticos tienen un peso excesivo en España que contrasta con los mínimos niveles de afiliación que tienen y con la brecha que los separa de la sociedad: la información pública debe ser aséptica políticamente y las televisiones públicas deben huir de realizar competencia a las televisiones privadas.
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