Derroche y crisis

El otro día, hablando con un comerciante sobre la crisis económica que se vive actualmente (que incluye desde la caída del sector inmobiliario hasta la subida de precios de alimentos o gasóleo), ambos llegamos a una conclusión: gastamos y derrochamos sin preocuparnos en las consecuencias a largo plazo de nuestra actitud. Y cuando nuestro derroche opulento nos estalla en las narices nos quejamos contra el gobernante de turno, aunque no tenga nada que ver (¿acaso el Gobierno fija el precio del gasóleo, por ejemplo?).
La economía se compone de períodos altos y bajos. Pero esto lo olvidamos cuando no hay crisis. A lo bueno uno se acostumbra perfectamente, a lo malo nadie se acostumbra. Y por eso, cuando la crisis acabe (porque acabará, como han acabado todas) volveremos a olvidarnos de que la economía es cíclica.Volveremos a derrochar energía, gasóleo y a especular con las viviendas. Y después dicen que los peces tienen poca memoria.