lunes, 23 de junio de 2008

Una mañana en un hospital público cualquiera de Valencia

Desde hace unos meses sentí unas molestias en mi ojo derecho (no quiero chistecitos ideológicos con el asunto). Gracias al "enchufe" de mi madre, que trabaja en el hospital La Fe de Valencia, conseguí que un oftalmólogo me citara para el día 9 a las 9:00. El día anterior (que era domingo) me llaman para decirme que mi cita se ha tenido que atrasar al día 23 a las 10:00. Y allí que fui esta mañana.
Cuando uno llega a un hospital público de la Comunidad Valenciana (La Fe aún es un hospital público, y resalto ese "aún") siempre encuentra una sala de espera abarrotada. Ésta no era una excepción. La pequeña sala de espera estaba tan abarrotada que el resto teníamos que esperar en el pasillo y en la puerta de entrada al centro. Tras dar mis datos en la ventanilla de Admisión (consigo lo que llaman una "citación por pase de la casa" gracias de nuevo al "enchufe" de mi madre, lo cual no garantiza que me vayan a atender pronto) toca esperar a que me llamen por un sistema de megafonía que apenas se oye, entre lo mal que funciona y lo irrespetuosa que es la gente valenciana que habla a gritos, como si estuvieran sordos de tanto lanzar petardos. Por cierto, no he querido comentar nada sobre los malos modales de la gente que trabaja en las ventanillas de Admisión (que estén desbordados no les da para tratar mal a los que vamos allí). Después hablan de que quieren proteger al personal médico de las agresiones de los pacientes, pero al paciente nadie lo protege.
Tras media hora esperando consigo sentarme en una silla libre en la sala de espera. Allí sólo hay para leer un periódico gratuito llamado Salut i força (nada que ver con la expresión catalana Salut i força al canut) dedicado a expandir entre los usuarios de la Sanidad pública valenciana las bondades de la misma (seguro que no han pisado un hospital público valenciano en la vida) y del programa "Construyendo salud" de la Generalitat.
Cuando se me acabó esta lectura, aparece un joven con una mochila de la que saca varios libros de bolsillo bastante gordotes y los reparte entre las diferentes mesas de la sala. El libro se titulaba La gran controversia entre Satanás y Cristo y subtitulaba con un par de frases sobre la crisis definitiva del mundo (sospecho que no se refería a la crisis económica) y cómo tener éxito en "el nuevo orden mundial". Lo cogí para leer la contraportada, aunque ya estaba todo dicho. Ni me molesté en leerlo.
Pasa una hora y siguen sin llamarme (creo que no, y mira que agudizaba el oído cada vez que la megafonía parecía funcionar). Una imagen curiosa de cómo avanza la sociedad: dos ancianas monjas pasan por el pasillo totalmente cubiertas de ropa (sólo les faltaba cubrirse la cara y parecerían mujeres de Afganistán); detrás, dos chicas jóvenes "muy destapadas".
Pasa una hora y media y dos pijas que leían la revista del corazón OK! (la clara prueba de que el hospital La Fe está cada vez más privatizado) se sientan a mi lado. Harto de la espera (y de la conversación de estas dos que añoraban el "Tomate") me levanto y decido esperar en el pasillo. Allí veo un par de pequeñísimos bichitos (que no logré identificar) recorriendo el zócalo del pasillo.
Por fin, dos horas después, me llaman. El médico me revisa los ojos en unos minutos, me hace unas preguntas relativas a mis síntomas y desde cuándo los siento y me despacha tras hacerme una pruebas.
En fin, que así va la Sanidad pública valenciana. Masificación, malos modales del personal... Y lo único que se le ocurre a la Generalitat para solucionarlo es privatizarlo todo para hacer una Sanidad como la estadounidense. Menos mal que, al menos, la mañana me ha servido de inspiración para escribir este post.

8 comentarios:

Irreverens dijo...

En unas líneas has reflejado bastante bien nuestra sociedad (o al menos, la valenciana).

Espero que lo de tu ojo no sea nada.

Besets

Kurtz dijo...

Supongo que casi toda España funciona más o menos igual.
Besets.

Anónimo dijo...

Por aqui por el sur también funciona todo igual o peor.
Me hizo reir el post.

Un saludo,
Maria

Kurtz dijo...

Me alegro de que te gustara. Al fin y al cabo, estas cosas es mejor tomárselas con ironía.
Un saludo.

Pepíu, the experience dijo...

Hola!

Espero que lo del ojo no sea nada y, si lo es, que no sea grave...

Aunque te leo desde hace bastante tiempo, nunca te habia escrito.

Y es por una tontería: "salut i força al canut" desconocia que fuera una expresión catalana, es más, convencido que era autóctona más claramente de la huerta de valencia. Que igual no! jajaja

Pus nada, dicho queda.
Besos a granel.

Kurtz dijo...

Me alegro de que me leas desde hace tiempo y espero que sigas haciéndolo durante mucho tiempo.
En cuanto a la expresión, la verdad es que se dice tanto en Cataluña como en la Comunidad Valenciana. Antes de escribir el post me informé (ya se sabe como son las polémicas entre lo valenciano y lo catalán) y la gran mayoría hablaban de expresión catalana.
Besos.

Sergio dijo...

¿Cuándo será el gran día en el cual los representantes políticos lleguen a reconocer que están a nuestro servicio, que nos representan pero que NO nos mandan?

¿Cuándo llegará el día en el cual el Estado comprenda que los servicios que ha de prestar al ciudadano, Salud, Educación y Seguridad, son los que justifican su existencia?

Y tantas cosas más que deberían de suceder...

Un abrazo.

Kurtz dijo...

Ese día se les acabará el chollo a los políticos. Sin embargo, tardará mucho en llegar debido al pasotismo de la gente en general. El ejemplo más claro es Valencia, donde los servicios públicos son una mierda y sin embargo, con cuatro grandes eventos, ya tienen asegurada su continuidad los que mandan.
Un abrazo.