Hoy, al final de mi calle alguien dejó un sofá tirado (literalmente) en la acera de mi calle. Hace unos minutos he vuelto a pasar por allí y el sofá estaba ardiendo. Algún gracioso le había prendido fuego (y eso que la calle está junto a la casa cuartel de la Guardia Civil). La situación era bastante peligrosa teniendo en cuenta que el sofá estaba muy cerca de tres contenedores (ahora el ayuntamiento ha cambiado todos los contenedores por contenedores viejos y pequeños) repletos de basura hasta arriba y de varios coches. Sigo caminando calle abajo, pues un hombre, un farmacéutico cuya farmacia se encuentra junto al sofá incendiado y un joven con un cubo de agua ya se hacían cargo de la situación, y me encuentro con dos jóvenes sentados en un portal riéndose de la situación ("Ese bombero", gritaban escondiéndose al joven que echaba el agua sobre el sofá). Desconozco si ellos fueron los pirómanos que quemaron el sofá (suelen decir que los pirómanos se quedan cerca de los fuegos que provocan para contemplar su "obra"), si el joven del cubo pertenece a su pandilla y fue el único con sentido común para apagar el fuego, o si simplemente eran un par de descerebrados que se ríen por cualquier cosa. Lo que me quedó claro es que esta es una fiesta de pirómanos.
Durante todo el año arden contenedores y coches en Valencia (lo que en otras partes se llama kale borroka). En nuestra calle ya ha ardido algún contenedor e, incluso, varios coches dentro de un garaje. La culpa está clara: según nuestra alcaldesa la culpa es de Zapatero. De todas formas, una fiesta en la que se levantan monumentos enormes (y caros) para después quemarse no ayuda mucho a reprimir a los pirómanos. No es casualidad que el número de contenedores quemados en Fallas ascienda para lo que suele ser "normal" en esta ciudad.
martes, 18 de marzo de 2008
La fiesta de los pirómanos
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2 comentarios:
¿Y la Guardia Civil ni se inmuto? Joder vaya seguridad, si llega a ser un sofá bomba...
Desconozco si la Guardia Civil acudió alertada por los vecinos. El sofá tampoco estaba en un lugar en el que, de contener una bomba, entrañase peligro para el cuartel.
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