lunes, 3 de marzo de 2008

Después de las ausencias

(Estación de Jesús, con una unidad del metro, del mismo tipo que la descarrilada, dirigiéndose hacia la estación de Plaça Espanya y a la fatídica curva).

Hoy se cumplen ya un año y ocho meses de la tragedia del metro de Valencia. Qué pronto se olvida algo cuando nos acostumbramos a ello. Y mientras tanto, ahí tenemos la peor línea de metro de España:





No sólo eso. Se siguen produciendo incidentes/accidentes e incluso en las nuevas líneas (como la prolongación de la Línea 5 hasta el aeropuerto), inauguradas deprisa y corriendo con motivo de las anteriores elecciones, se producen desprendimientos y socavones que ya han provocado millones en sobrecostes (esperemos que nunca se vuelva a producir un sobrecoste de vidas humanas). A pesar de lo que se nos prometió tras el accidente y durante la anterior campaña, la Línea 1 sigue igual de insegura. Sí, de acuerdo, se han renovado algunos de los antiguos convoys (no todos). Pero, ¿y las infraestructuras?



El mes pasado se estrenó el documental Después de las ausencias (podéis encontrar más información aquí). En él se relata la trayectoria de la Asociación de Víctimas del Metro 3 de Julio desde que los familiares decidieron crear la asociación para reivindicar un trato justo por parte de los poderes públicos valencianos. Podéis ver el tráiler.

4 comentarios:

Irreverens dijo...

Lo de jugar con la seguridad de las personas a cambio de unos votos es algo que me subleva.
¡Cuánto sádico anda suelto!

Kurtz dijo...

Y cuántos se dedican a la política.

Carlos V dijo...

43+47=0
Estos tres números no son la combinación de ninguna caja fuerte. Ni forman el código postal de un pueblo. No son una suma más. Así juntos quizás no reconozcan de que hablo. Pero tras ellos se esconden los números de la vergüenza en la Comunidad Valenciana
43. Son los muertos que dejó el 3 de julio de 2006 el vuelco de un convoy de metro en la estación de Jesús en Valencia.
47. Son los pasajeros heridos en el mismo suceso.
0. Cero. Ni uno. Ni un solo responsable.
Casi medio centenar de vidas segadas por un suceso que no fue un accidente, pues se podía haber evitado. Estamos hablando de una negligencia por parte de Ferrocarrils de la Generalitat Valencia (FGV). Pues cuando se reducen las medidas de seguridad de forma premeditada las cosas no ocurren porque sí. No es un malogrado accidente.
Al igual que ocurrió con el Yak-42, los muertos son consecuencia directa de la dejación de las autoridades. El afán de las políticas neo conservadoras por reducir el gasto público tiene como “daños colaterales” que de vez en cuando el azar no esté de nuestro lado y ocurran desgracias que acaben repercutiendo en los sencillos ciudadanos.
Desde ese maldito día, la Asociación de Víctimas Metro 3 de Julio lleva reclamando repetidamente ser recibidos por el Molt Honorable President. Aún siguen esperando. Con unos miles de euros maquillados de indemnización han intentado comprar su silencio.
Cada principio de mes, cada día tres, se reúnen en la estación de metro de Jesús para honrar a muertos y heridos. Cientos son los valencianos que les han acompañado en cada una de las manifestaciones. No han merecido ni un solo minuto en Canal 9, cadena sufragada por los impuestos de todos y cada uno de los valencianos.
Jueces y fiscales no hacen sino actuar como cómplices del silencio bajo los dictados de la Generalitat, archivando y sobreseyendo los recursos, ignorando las pruebas de peritos indepedientes.
1. Uno. Con una baliza el suceso se hubiese evitado.
Este domingo hay que votar con la conciencia. Con la misma de la que carecen nuestros ilustrísimos gobernantes autonómicos.

Kurtz dijo...

Lo que sucedió y está sucediendo con respecto al Metro es una auténtica vergüenza.
Aquí el PP campa a sus anchas y parece que no podamos hacer nada.
Ya que en las elecciones pasadas no pudimos librarnos de ellos, intentémoslo en éstas.