Cuando un Gobierno se justifica y argumenta utilizando mentiras, poco tiene que ofrecer. Esto es de Perogrullo, pero pocos parecen darse cuenta. En el poco tiempo que llevan en el Gobierno, hemos visto a los ministros y al propio presidente basarse en falsos argumentos para argumentar sus reformas y sus recortes. El caso más claro fue el de José Ignacio Wert, a la sazón, ministro de Educación.
Es en Educación donde estamos asistiendo a las mayores mentiras como argumentos. El pasado mes, el PP valenciano distribuía un argumentario en el que justificaba sus recortes en Educación diciendo que los sueldos de los profesores no se tocan "a pesar del alto índice de absentismo", un "27% cada mes", además de que no se están reduciendo plazas. Sin embargo, desde los sindicatos de la Enseñanza, se dice todo lo contrario. En un curso se han reducido más de mil plazas. Y el absentismo entre los docentes no es, ni de lejos, el que señala la Generalitat.
Ya sabemos que todo esto forma parte de una estrategia para deslegitimar cualquier protesta y hacer que entren mejor los recortes (en Educación es muy importante, ya que es la única forma de aborregar a la gente). Cuando alguien nos miente varias veces, automáticamente perdemos la confianza en esa persona, y no la creemos, o no la creemos tan fácilmente. Hagamos lo mismo con estos mentirosos que nos gobiernan.
jueves, 12 de abril de 2012
Argumentarios sin argumentos
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