Supongamos que un hombre viola y asesina (asestándole 57 puñaladas) a un niño, simplemente porque era un "niño demasiado guapo para estar en este mundo". Supongamos que trabaja para una institución que lo protege y miente a los familiares del asesinado haciéndoles creer que no va a seguir trabajando para esa institución. Supongamos que sigue ejerciendo sus labores (en otra ciudad) y que, incluso, lo incluyen en una biografía de gente "cuya única ambición es hacer el bien". ¿Qué podemos pensar de ese asesino y de quienes le protegen?
Ahora pasemos de las suposiciones a la realidad. José P B era cura de la localidad del Port de Sagunt en 1971. Allí, violó y asesinó a un niño de nueve años que ejercía como monaguillo. Trató de arrojarlo a un pozo ciego, pero no tuvo tiempo. Decía que era un niño "demasiado guapo para estar en este mundo". La Iglesia dijo que lo había excomulgado, pero no era cierto. El cura siguió ejerciendo en una parroquia del barrio La Bordeta de Lleida. Murió en 2002, arropado por la Iglesia. Además de eso, el religioso Josep Barceló Morey escribió un libro con 121 biografías de sacerdotes Paúl formados en La Missió de Palma de Mallorca, los cuales, según el autor, eran "misioneros cuya única ambición era hacer el bien". Entre ellos se encuentra José P B. El autor se refiere así al crimen: "Trabajando como vicario en Puerto de Sagunto tuvo un problema muy grave, que asumió con fortaleza y humildad". Y ahora, respondiendo a las preguntas que planteaba al final del párrafo anterior, ¿seguimos pensando lo mismo ahora que sabemos que el asesino es un cura y que la institución que lo protege es la Iglesia?
lunes, 24 de enero de 2011
Asesino y cómplices
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
Tremendo el caso, una mas de la hipocresía repugnante en que cae la iglesia en muchas ocasiones.
Saludos
Y después andan diciendo que se escandalizan por la actitud de Berlusconi (que sí, que es un escándalo; pero que lo diga la Iglesia...).
Saludos.
Me pongo enferma sólo con leer estas noticias, y me pongo enferma con que el gobierno de un país aconfesional como es España, siga pagando con nuestro dinero los caprichos de estos energúmenos.
Gracias José Vicente por darme este enlace.
UN ABRAZO A TODOS.
Es incomprensible esa actitud, porque cosas como éstas ponen a uno enfermo, desde luego. Más porque pretenden ir de moralistas y pretenden decir a los demás cómo comportarse. Y los políticos, como bien dices, detrás.
Un abrazo.
Publicar un comentario