lunes, 3 de enero de 2011

Los políticos frente a las víctimas del metro

En esta ocasión vamos a ver cuál ha sido el comportamiento de los políticos con las víctimas del accidente de mtero del 3 de julio de 2006. Con los políticos voy a hacer una distinción entre los gobernantes y la Oposición. Hoy hablaré de los primeros y el mes que viene de los segundos.
Tanto la Generalitat valenciana como el ayuntamiento han enfrentado este como cualquier otro de los problemas de Valencia: ignorándolo e ignorando a los que lo sufren. Desde el minuto uno de la tragedia, se quisieron quitar de encima cualquier tipo de responsabilidad (lo cual no evita que ellos tengan la poca vergüenza de andar pidiendo dimisiones de ministros). Rita Barberá, en el mismo lugar de la tragedia y ante las cámaras de televisión, ya andaba echándole la culpa al maquinista y al exceso de velocidad. Rápidamente se evindenció lo molesto que iba a ser este asunto para el Gobierno valenciano.
En Les Corts Valencianes se creó una comisión de investigación. Dicha comisión comenzó a finales de julio de ese mismo año y duró hasta mediados del mes siguiente. No duró ni un mes. Fue la comisión de investigación parlamentaria más corta de la Historia de Valencia y la más corta de España (sin contar la que más tarde organizaría Esperanza Aguirre para investigar el escándalo de espionaje en la Comunidad de Madrid). Además, en la comisión fueron vetados técnicos y peritos que iban a decir cosas contrarias a las tesis de la Genralitat sobre el accidente. Al final, no resultó sorprendente que las conclusiones de la comisión fueran, punto por punto, las mismas que ya había adelantado la Generalitat. Dichas conclusiones sólo fueron aceptadas en votación por el PP, que hizo valer su mayoría absoluta.
El hecho de que el accidente coincidiera en la misma semana con la visita de Benedicto XVI a Valencia, coincidiendo también con el hecho de que ocurriera en verano, fue una suerte para los gobernantes. Así se pudo tapar convenientemente. Poca gente conoce las diversas irregularidades en torno a la investigación, obstaculizada por los intereses políticos. También hay que destacar las diversas promesas que el PP ha incumplido con respecto a este asunto, como la creación de una ley autonómica de seguridad ferroviaria.
Los principales responsables políticos continúan a día de hoy en sus puestos. Francisco Camps y Rita Barberá continúan liderando la Generalitat valenciana y el ayuntamiento respectivamente. Camps tuvo la poca vergüenza en su día de pedir la dimisión de la entonces ministra de Fomento Magdalena Álvarez por el caos de las Cercanías en Cataluña o el derrumbe de un túnel en construcción en la línea de AVE Madrid-Valencia. Marisa Gracia, directora gerente de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV; empresa pública que gestiona el metro valenciano), continúa a día de hoy en el puesto. José Ramón García Antón, entonces conseller de Infraestructuras y Transportes, dejó la consellería en 2007 y fue recompensado con la consellería de Agua, Medio Ambiente, Urbanismo y Vivienda. En 2009 falleció. Al frente de Infraestructuras y Transportes le sustituyó Mario Flores, que actualmente sigue en el cargo con una labor continuista con respecto a su predecesor.
Camps se ha negado en numerosas ocasiones a recibir públicamente a las víctimas del metro. Ha habido algunas reuniones privadas en las que no se ha llegado a ninguna parte, excepto a promesas que nunca se cumplen.
El 2 de julio de 2007, se inauguró un monolito en "recuerdo" de las víctimas del metro. Dicho monolito está alejado de la estación en la que se produjo el accidente (y del lugar real donde se produjo dicho accidente) escondido detrás de la antigua estación del Trenet, metido en un parque infantil y en estado de abandono y sucio por pintadas y cagadas de perro. En el ayuntamiento, alguna vez las víctimas del metro han acudido a plenos donde se iba a hablar de la mejor forma de homenajearlos. En dichos plenos se les ha prohibido acudir con camisetas donde se lee, simplemente: "43 muertos, 47 heridos, 0 responsables", por entender que es un lema político. Eso sí, nadie ha prohibido a las viejecitas palmetas de Rita Barberá llevar pancartas donde se lee: "Valencia está con Rita" o "Zapatero mentiroso". Y en alguna ocasión, incluso, se les ha estado a punto de prohibirles la utilización de megafonía en sus concentraciones porque molestaban a turistas y residentes (¿no será que molestaba la cercanía al Palau de la Generalitat o Les Corts?) En ocasiones, el único trato que han recibido las víctimas por parte de miembros del PP es el insulto. En cierta ocasión, un alcalde calificó a las víctimas de cuatro gatos indocumentados. Otro las calificó de gente politizada. Y el propio conseller de infraestructuras actual, Mario Flores, dijo que era de retorcidos pensar que el cambio de nombre de la estación de Jesús (algo de lo que hablaré esta tarde) se hacía para olvidar el accidente, justo lo que criticaban las víctimas del metro.

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