El PSPV ya se está reparando para la debacle de mayo de 2011 y está intentando gestionar lo que pasará a partir del 23 de mayo. Es triste, pero es así. O, al menos, es lo que se deduce del esperpento que protagonizó hace unos días.
Joan Calabuig, el candidato socialista a la alcaldía de Valencia no es un hombre fuerte por lo que se ve, y dejó que todo el mundo mangoneara la lista lista municipal. Así, se acabó haciendo una lista que no contentó a nadie. El resultado fue que, cunado hubo que votar la lista, de la militancia total, tan sólo un 30,6% acudió a votar. De 1.762 afiliados, tan sólo votaron 539 de las 17 agrupaciones socialistas que tiene Valencia. Ni siquiera Calabuig pudo votarse a sí mismo, pues llegó tarde de Fitur. De los 539, apenas 331 la avalaron (el 61,8%). 145 dijeron no (27,1%) y 57 votaron en blanco (10,6%). En agrupaciones como Jesús, Ciutat Vella, Patraix o Camins al Grau votaron en contra de la candidatura. En la última sólo hubo cuatro votos a favor. En Jesús, ocho.
Un último dato, el PSPV ya ha registrado 300 bajas. De seguir las cosas así, el PSPV acabará convertido en un partido residual. Una pena que, por culpa de familias y barones, nadie se quiera dar cuenta.
martes, 25 de enero de 2011
El PSPV ante su próxima debacle
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario