domingo, 17 de octubre de 2010

Cómo celebré el fin del mundo


Rumania, año 1989. Es el último año de la infame dictadura de Ceausescu. Una adolescente de familia humilde está enamorada de un joven, hijo de un oficial del Partido Comunista, al que todos odian. Un día, de forma accidental, ambos rompen un busto del dictador. Él admite su culpa en el acto ante un comité de disciplina. Ella se niega y es encerrada en un reformatorio. Allí conoce a un joven que quiere fugarse del país, y decide marcharse con él. Mientras, el hermano de la chica, de tan sólo siete años, apenado por la fuga de su hermana, y culpando de ello al dictador, decide, en toda su inocencia de niño, concebir un plan para matar al dictador y que su hermana vuelva.

Dicen que en Rumania sólo se producen quince películas al año. Pero las quince son muy buenas. De alguna, como Love sick o 4 meses, 3 semanas, 2 días, ya he hablado. En esta ocasión, vemos los últimos coletazos de una dictadura como la Ceausescu en el país, y cómo sus efectos se dejan sentir en una familia de clase humilde que para nada está metida en política (salvo por la relación de la chica con un hijo de un oficial del partido). La película nos muestra el despertar sexual de una adolescente y sus sueños de libertad, propios de una persona joven; el despertar de un niño al mundo de los adultos; y las ansas de un pueblo (el rumano) por librarse de la dictadura.
Por cierto, muchas de las películas tratan sobre la dictadura sufrida por el país y que terminó en 1989. En cambio, aquí sigue estando mal visto (aunque se hagan) películas sobre la guerra civil (1936-1939) y sobre la dictadura (que terminó en 1975).

Tráiler.

2 comentarios:

Jorge Arbenz dijo...

Rumania está en esa situación, tan peculiar en la historia de algunos países, de combinar la ruina económica y política con el esplendor cultural. Las quince películas rumanas son, casi siempre, excelentes...y la la literatura que está empezando a llegar de ahí, también.
Saludos muy cordiales desde territorio anexionista.

Kurtz dijo...

No le he echado ningún vistazo a la literatura, pero lo intentaré.
Saludos igual de cordiales