En las últimas décadas estamos viendo el mismo patrón en un tema realmente espinoso: el abuso de menores en el seno de la Iglesia católica. El patrón, como digo, es el mismo: sacerdote que abusa durante años de niños, es descubierto, denunciado, la Iglesia tapa el escándalo y traslada al cura a otra parroquia donde continúa con sus abusos hasta que el escándalo se hace insostenible.
Curiosamente también, en España hay pocos casos. Al menos, pocos que hayan visto la luz. Uno de los últimos ha sido en Carcaixent (Valencia), donde el cura Pablo Ortega fue acusado de abusar de menores. Además, el cura ejercía como docente en la Universidad Católica de valencia San Vicente Mártir (dependiente del arzobispado) de la que fue inmediatamente retirado.
Lo curioso es que hace dos años, se empezaron a oír las primeras quejas contra este sacerdote por su extraño comportamiento con los niños. Fue en la iglesia de Santa Bárbara, donde era párroco. Pero hace dos años, el arzobispado de Valencia (que entonces estaba finalizando Agustín García Gasco, el cual se retiró, siendo sustituido por el actual arzobispo, Carlos Osoro) se desentendió del asunto e hizo oídos sordos.
Así ha actuado siempre la Iglesia (y con Iglesia me refiero a la alta jerarquía eclesiástica), por mucho que ahora se quieran redimir diciendo que se avergüenzan de estos casos (que no lo dudo). Así pues, cabría preguntarse en serio cuántos casos de abusos sexuales se han dado realmente en España en el seno de la Iglesia.
viernes, 1 de octubre de 2010
Otro ejemplo más (desgraciadamente)
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2 comentarios:
Y encima llegan a un grado de hipocresía tal que protegen a los pederastas condenando a los homosexuales...
eso sí, siempre y cuando los homosexuales no sean curas.
Irónico ¿no?
Un abrazo.
La Iglesia tiene ya tales contradicciones, que lo suyo ya no son contradicciones sino, directamente, esquizofrenia.
Un abrazo.
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