miércoles, 9 de julio de 2008

El menú del G-8



En anteriores ocasiones ya he hablado de la hipocresía que suponen las reuniones del G-8. Pero nunca me había quedado tan claro como hasta ahora. Los presidentes de los ocho países más ricos del mundo se reunieron en Japón. Uno de los temas sobre la mesa era la escasez de alimentos y la subida de precios de los mismos. Y para discutir esto, nada mejor que celebrar una comida con... ¡unos veinte platos! (tal como se ve en el menú de la imagen, sacada de Público). Es que no se puede, ni debe, debatir con el estómago vacío.

Desengañémonos. Los ricos no van a hacer nada por los pobres. Y menos éstos, que ni siquiera se preocupan por sus propios ciudadanos que les votan. Son ellos los que pueden hacer algo por los países más pobres, por eso precisamente no harán nada.

7 comentarios:

diariodeunamujersola dijo...

hola....lastimosamente acabas de decir una verdad como una catedral........la pobreza es un argumento mundialmente conocido por los demagogos.....y terminar con ella acabaria con el poder....y la manipulacion...sobre las masas,mientras haya pobreza extrema los ilusos se sentiran afortunados e incluso superiores a otras culturas menos favorecidas....de esa forma su manipulacion esta garantizada....y los pobres simplemente moneda de cambio....entre poderes totalitarios......lastima no??

Isabel Barceló Chico dijo...

Para que veas que las cosas no han cambiado desde Roma. ¿Cómo iban los más ricos a preocuparse de los que menos tenían? Y luego, a quienes de entre esos privilegiados se preocupaban más de los pobres, los llamaban demagogos, traidores y, sobre todo, ambiciosos. Besitos, querido amigo.

Kurtz dijo...

Diariodeunamujersola: pues sí, una lástima que los políticos jueguen con los pobres (y los no tan pobres).

Isabel romana: desde luego es verdad. En materia política (y en otras materias) ha cambiado poco la cosa.

Jove Kovic dijo...

Fíjate pobrecitos, ni siquiera les han puesto un plato de comida cristiana...

Kurtz dijo...

Sinceramente, yo estoy en esa reunión y empiezan a servirme esos platos y te juro que me levanto y me voy a un restaurante de verdad a comer comida de verdad. Si hasta los pobres tenemos más clase comiendo que los ricos.

Anónimo dijo...

Yo cuando hablo así, me dicen, que qué tengo yo contra los ricos.

Kurtz dijo...

Yo lo que tengo en contra de los ricos y los poderosos es que se llenan la boca diciendo que se desvelan por los más pobres con reuniones de este tipo, que no sirven para nada.