Del accidente del metro ya se cumplen cinco años y un mes. Y parece que, por primera vez, se están dando algunos pasos, pequeños pero pasos al fin y al cabo.
Tras su investidura como nuevo presidente de la Generalitat, Alberto Fabra tendió la mano a todo el mundo diciendo que se reuniría incluso con las víctimas del metro (aunque ha prometido reunirse con todos que no va a tener tiempo para gobernar). Otro paso es la aprobación, por parte de los grupos municipales, del cambio de nombre de la estación del metro Joaquín Sorolla. Esta estación no es otra que la de Jesús, en la que se produjo el fatídico accidente. A finales del año pasado, se le cambió el nombre a Joaquín Sorolla, oficialmente para que se la identificase con la estación PROVISIONAL del AVE. Para las víctimas del metro no fue otra cosa que otro intento por olvidar el accidente. Ahora, la estacón cambiará (FGV y consellería de Infraestructuras mediantes) el nombre por el de Jesús-Joaquín Sorolla.
Pero quizá el más importante de esos pasos es el del cambio de las traviesas y sujeciones oxidadas entre las estaciones de Jesús y Patraix. Y eso que decían que las vías estaban perfectas y que la culpa del accidente era del conductor.
Esperemos pues que los pasos siguen adelante en la buena dirección.
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