A veces dudo de que en España haya muchos seres civilizados con un mínimo de dignidad y humanidad. La mayoría parece que no lo son. Van de moralistas, pero no tienen ninguna moral. Todo les vale con tal de hacer pagar sus frustraciones políticas. No tienen respeto por nadie ni por nada. Y ya no hablemos de democracia y respeto a la libertad de expresión, conceptos que en España son casi reliquias utópicas.
Pilar Manjón perdió hace ocho años a su hijo de tan sólo veinte años. No fue en un desgraciado accidente ni por muerte natural. Murió asesinado. Viajaba en uno de los trenes afectados por las bombas de unos terroristas islamistas el 11 de marzo de 2004 en Madrid. Desde entonces, ella preside la Asociación de Víctimas 11-M Afectados del Terrorismo.
En este país, mucha gente y muchos políticos se llenan la boca con su respeto hacia las víctimas del terrorismo. Pero en realidad, las únicas víctimas que les importan son las de ETA. El resto de víctimas son secundarias. Pilar Manjón nunca se alineó con las tesis conspiranoicas. Ha arremetido contra los que las sostienen numerosas veces. En la comisión de investigación, Manjón criticó duramente a los políticos por la utilización de las víctimas; un comparecencia inolvidable.
Cosas como éstas han convertido a Pilar Manjón, a ojos de la derecha (igual mediática que política) en el blanco de insultos, que van desde "radical izquierdista" hasta "puta". Hasta ahora, los insultos vertidos se lanzaban a través de Internet y redes sociales. La línea ha sido traspasada ahora después de que alguien le rayara el insulto en su propio coche.
No puedo entender a esta gente. No puedo entender como alguien puede decirle a alguien como Pilar Manjón que se meta sus muertos por el culo. No entiendo como alguien puede decirle a esta mujer que es una lástima que no hubiera muerto en los trenes del 11 de marzo o que alguien le desee todo el mal. No entiendo como alguien, como Luis Guitérrez, secretario general de Nuevas Generaciones del PP en Majadahonda pueda dudar de la muerte del hijo de Manjón en aquel día. Y encima se atreve a calificarla de "miserable". Los miserables sois vosotros, hijos de puta, sinvergüenzas y amorales, que sois capaces de insultar sin ningún tipo de conciencia a una mujer que perdió a su hijo asesinado en un infame atentado. Cualquier insulto se os queda corto y llamaros humanos es haceros un favor.
Desde aquí lanzo mi humilde apoyo a Pilar Manjón. Espero que, a pesar de esta gente, siga así durante mucho tiempo.
martes, 27 de marzo de 2012
Hijos de puta, sinvergüenzas y amorales
(La palabra "puta" rayada en el coche de Pilar Manjón.)
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