He de reconocer que hay algo que me fascina y llama mi atención sobre Corea del Norte: ese hermetismo y aislamiento que hace que poco se sepa de este país.
Sin embargo, creo que hasta en este hermetismo existen contradicciones. Por ejemplo, hoy se ha sabido que el mundo tardó dos días en enterarse de la muerte del dictador del país, Kim Jong-il, y porque dio la noticia la cadena de televisión estatal del país. Sin embargo, todo el mundo sabe que allí existen campos de concentración, que la gente se muere de hambre, que no se respetan los Derechos Humanos y que en la capital, Pionyang, no abundan los coches. Parece que el hermetismo tampoco es tan efectivo.
Y no quiero que se entienda esto como una defensa del régimen de Corea del Norte. Tiendo a creer más a Aministía Internacional que a un régimen dictatorial.
PD: Ahora que Corea del Norte ha vuelto a saltar a las páginas internacionales, recomiendo revisionar el reportaje que en su día realizó Jon Sistiaga sobre este país, y que llevaba por título Amarás al líder sobre todas las cosas.
miércoles, 21 de diciembre de 2011
Corea del Norte
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