Camps: chulito y presumido

(Ricardo Costa y Francisco Camps, en el juicio que se celebra contra ellos en el denominado caso de los trajes.)

Sólo viendo su actitud ante el juicio, ya se podría saber si Camps es culpable o inocente. Esa actitud chulesca que mantiene no coincide con al actitud de alguien inocente, como sostiene el expresidente. Cualquiera que se enfrentara a un juicio siendo inocente estaría preocupado, serio, y no iría como si la cosa no fuera con él. Un ejemplo lo tenemos en la entrada que hicieron él y Ricardo Costa al tribunal el pasado lunes. Camps, que llegó en el coche de Juan Cotino, presidente de Les Corts, llegó con su habitual pseudosonrisa forzada que parece decir que todo va bien y que todo el mundo le quiere. Incluso saludó a los policías que estaban en la entrada del juzgado. Ricardo Costa, por otro lado, entró más serio y cabizbajo. De lo cual se deduce que, o Ricardo Costa es mejor actor o ha asumido mejor que Camps la situación a la que se enfrentan.
La línea de defensa de Camps, por otro lado, me recuerda a la de ciertos dictadores que también se enfrentaron a juicios en el pasado, o a los miembros de ETA y su entorno: atacar a los miembros del juicio, desde el juez hasta los abogados de la acusación (por supuesto, con los abogados de la defensa, los suyos, no se mete). Al igual que sucedía cuando le preguntaba algún periodista, Camps se iba por las ramas, o directamente no contestaba. Entre sus acusaciones, Camps habla de que todo es un montaje del que son responsables las dos representantes de la Fiscalía Anticorrupción. También señaló al juez, Juan Climent, por su pasado como asesor del expresidente Joan Lerma, del PSPV (no le molestaba tanto cuando el encargado de juzgar su culpabilidad o inocencia era Juan Luis de la Rúa, su "más que amigo").
Pero si una frase quedará para la posteridad, ésa es: "Los trajes son mi uniforme de trabajo. Mis conciudadanos querrán que vaya bien vestido". Parece el eslogan de la nueva campaña de alguna marca de trajes, pero son palabras de Camps. Más que presunción de inocencia, lo que Camps demuestra es que es muy presumido y coqueto.
En este enlace se pueden ver algunos vídeos del juicio.