Hace unos días, el toro Ratón era exhibido en Vinaròs. Este toro de once años ha alcanzado la fama por la cantidad de muertos y heridos que lleva sobre su espalda. Y resulta que el toro defraudó porque no dio ningún revolcón a nadie.
El toro salió al ruedo con la música de La muerte tenía un precio. Esto ya demuestra la catadura moral de algunos. El toro salió, pues, y no provocó ni heridos ni muertos (debe ser que nadie de los que saltó al ruedo estaba borracho). Incluso una vaquilla se convirtió en protagonista cuando ella sí que cogió a un aficionado, aunque sin consecuencias.
Así pues, con el morbo de los aficionados decepcionado, la respuesta fue abuchear al toro. No había dado lo que cuatro mil personas buscaban: sangre. Esto demuestra que la moralidad no ha evolucionado nada desde tiempos del circo romano.
Ya sólo me queda preguntarme cuántos de éstos que abuchearon a un toro por no coger a nadie estarán ahora disfrutando con cada una de las repeticiones que nos da la televisión sobre la muerte de Simoncelli.
jueves, 27 de octubre de 2011
¡¡¡QUEREMOS SANGREEE!!!
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2 comentarios:
Hay preguntas que es mejor no hacerse.
Sí, es mejor no hacérselas si uno no quiere perder la poca fe que le queda en la Humanidad.
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